Decididamente, el clima era otro. El clima se cuajó durante un pasacalles con la Viña detrás, los chiquillos de la chirigota disfrazados, cantando, como siempre, "la felicidad a,a,a,a..." El clima era otro. En la escena y tras la escena. 'La chirigota clásica' en este pase de cuartos, sí que venía a comerse el Falla y a intentar refrendar sus segund y primer premio de los últimos añoso. "Así es, hoy hemos venido a competir y, no voy a mentir, nosotros por trayectoria, por currículum, venimos a por todas".

Quien habla es José Manuel Sánchez Reyes, coautor junto a Manolín Santander, de la chirigota viñera "contentísimo" tras la actuación de una agrupación que, reconoce, en el pase de preliminar estaba "muy tensa, muy nerviosa, por todo lo vivido (los problemas relacionados con la actividad profesional de su compañero de autoría) pero hoy ha sido otra historia completamente diferente". "Hemos hecho un pasacalles precioso, con todos los niños chicos de los componentes con los tipos, hoy hemos hecho un pasacalles de chirigota, el de preliminar fue un pasacalles de a ver qué nos vamos a encontrar...", confiesa el carnavalero.

Ambiente más relajados, ciertos nuevos detalles en la presentación y un cuplé "muy fresquito". El cartel de la Semana Santa de Sevilla se filtró en la primera pieza corta de 'La chirigota clásica' que han ensayado "lo menos cuatro veces en camerinos y dos antes en la calle de la Rosa", ríe Sánchez Reyes que este pasado domingo escribía los versos partiendo de "una idea de Cosme, uno de nuestros guitarras". "Lo escribí por la mañana, lo llevé al ensayo y el grupo ha respondido perfectamente", se congratula el chirigotero que también ha apostado en uno de sus pasodobles por reivindicar a "las noches gaditanas". Esas que se han perdido y que "tan buenos momentos" han propiciado a los vecinos de Cádiz. Las noches del Trofeo, las de la Salle-Viña, la Madrugá..., "son cosas que se han ido perdiendo y, con ellas, parte de nuestra esencia", decide.

Sánchez Reyes sale "feliz" de la trasera del escenario. Su grupo lo está esperando en el pasillo junto con Manolín Santander, que sigue sin pronunciarse. Llega el abrazo, el aplauso y los besos. "Bien, bien..."