Antonio Pedro Serrano 'El canijo' | Autor

"Me hacía falta un nuevo reto que no fuera la chirigota y el coro me ha venido muy bien"

  • El sevillano no concursa con su chirigota en el COAC, donde continúa en la batalla de la mano del coro de Julio Pardo

  • De momento, no se siente inspirado para volver con su grupo a las tablas del Falla en 2020

Antonio Pedro Serrano 'El Canijo', vestido de su coro 'El batallitas'.

Antonio Pedro Serrano 'El Canijo', vestido de su coro 'El batallitas'. / Jesús Marín

Antonio Pedro Serrano ‘El Canijo’ se estrenó en 1983 sobre las tablas del Falla. Desde entonces ha acudido puntual a su cita con el teatro, en todas sus modalidades, alcanzando la gloria con la chirigota y convirtiéndose prácticamente en el primer sevillano que conquistó al aficionado gaditano. Con tres primeros premios a sus espaldas, este año no presenta su chirigota al COAC, donde sí que se mantiene en la batalla haciendo tándem con Julio Pardo. Ya en la calle, dice que combinará los tangos en la batea con los cuplés de su chirigota callejera ‘La vox kids’.

–¿Por qué no sale este año con su chirigota?

–Simplemente porque cuando llegó septiembre no tenía ninguna idea adecuada para el tipo y les tuve que decir que no había nada. Después al final pues ha salido lo de ‘La vox kids’, que si se me hubiera ocurrido antes pues estaríamos hoy en el COAC.

–Vamos, que tenéis una chirigota de nivel para el COAC, pero que estará en la calle.

–Bueno está menos ensayada y trabajada y algunos irán hasta con papel (ríe), pero desde luego tiene sus cuplés, pasodobles y presentación y popurrí.

–¿Se puso demasiado difícil la modalidad?

–El humor hoy en día en Carnaval es más complicado porque sale un tema y en redes sociales hay cien mil personas intentando hacer un punto y tienes que tener cuidado. Y luego el repertorio se gasta pronto porque la gente consume mucho el Carnaval, llegas a cuartos y la gente se sabe el popurrí. De eso me di cuenta en ‘Las muchachas del congelao’ y en semifinales cambié el popurrí porque sentí que la gente no se reía como el primer día. Pero vamos que estamos viendo chirigotas que están muy bien y supongo que no hemos escuchado lo mejor.

–¿Qué opina entonces de lo que denominan la crisis de la chirigota?

–No lo veo tanto así porque hay agrupaciones, chirigotas como la de Los Molina o ‘Los Daddy Cadi’ que han dado un salto respecto al año anterior, por lo menos en las partes fijas, presentación, popurrí y estribillos. Han subido de nivel y están manteniendo la modalidad en condiciones. Otros años puede que hubiera crisis, pero éste no porque hay chirigotas que han dado un paso adelante. Creo que la modalidad está muy bien.

–Precisamente ‘Los Daddy Cadi’ y la chirigota del Bizcocho, ambas sevillanas, cuentan ya con un público fiel. ¿Se siente identificado con aquellos primeros años?

–Lo que me siento es contento porque independientemente de donde sean, lo cierto es que hay chirigotas muy buenas. A mí me da igual que sean de Pontevedra o de la Viña si tienen calidad. Porque lo que tiene es que oler a Cádiz y que el ingenio sea gaditano, y si es así, me encanta que vengan de cualquier sitio.

–Son grupos que por cierto generan suspicacias del público más purista que dice que si alguien de fuera viene con algo bueno se le valora más que al de dentro. ¿Qué opina?

–Para nada estoy de acuerdo. Eso son complejos que se curarán con el tiempo. Si esto pasa es porque hay agrupaciones de fuera que son buenas y son aceptadas porque mantienen la esencia de lo que debe ser la chirigota. Lo importante es que se mantengan los valores de la chirigota, el doble sentido, el ingenio y que sea elegante, que es lo que debe ser siempre el Carnaval de Cádiz.

–¿Es también de los autores que apuestan por la criba previa antes del Concurso?

–Pues por el número que tenemos, que son 180, va a haber un día en que si la Semana Santa es muy temprano pues evidentemente vamos a tener el Falla el día de Nochevieja. Algo hay que inventar, a lo mejor no hace falta echar media hora en decidir si una agrupación tiene nivel mínimo. A lo mejor con un pasodoble, dos cuplés y viendo cómo cantan te puedes imaginar cómo van. Las agrupaciones que está claro que no van a pasar a cuartos, se sabe desde antes del popurrí. A lo mejor la fórmula puede ser quitar el popurrí y dejarlo fresco para cuartos. No lo sé, no tengo la manera. A lo mejor hay que pensar un poquito en la forma en que puedan venir todos, pero que no sea el concurso de un mes porque del que actúa el primer día la gente ya ni se acuerda en cuartos.

–Y particularmente, ¿cómo está viviendo este año el Concurso?

–Es que yo soy un pesado, a mí me gusta ver hasta las menos buenas porque de todo aprendes. Ver cómo la gente se atreve con ciertos tipos o ciertos temas, me gusta mucho analizarlo, y todo para mí porque soy muy auto consumo. Quizás lo que menos me gusta son las comparsas medias, que cantan bien pero no dicen nada. Eso me preocupa porque creo que hay un gran número y deberían reinventarse, no intentar copiar a un autor conocido, ser más creativas.

–Vamos que más que crisis en la chirigota la ve en la comparsa, al menos cuantitativamente.

–Claro. Es que en número ha crecido mucho pero la calidad no lo ha hecho en el mismo porcentaje y tienes que poner mucho de ti para aguantar, porque una chirigota media por lo menos tiene algunos puntos que te hacen reír, pero la comparsa media está bien cantada y ya está. Y da hasta pena porque ves que hay grupos que están desaprovechados. En la autoría no son tan originales, pero bueno, que no dejan de ser percepciones de un aficionado más.

–Con la chirigota ‘Qué caló’ volvió a pisar la Final después de seis años, desde 2011 con ‘Ricas y maduras’. ¿Qué ocurrió?

–Exacto, me llevé cinco accésits. Pero a pesar de que no pasábamos a la Final, hemos tenido una chirigota muy comercial, que ha gustado y con la que hemos cantado mucho, no nos podemos quejar. Y esto hace que el grupo se mantenga, que nos veamos muchas veces y que compartamos anécdotas y vivencias cantando por ahí fuera de Cádiz. Así que a pesar de que durante muchos años no estuvimos en la Final, estuvimos y estamos unidos. Hay grupos que no han sabido mantenerse sin finales y nosotros tenemos claro que aún sin pisar el Falla somos capaces de reunirnos en una ilegal.

–Y personalmente como autor, ¿cómo vivió esta racha fuera de la Final?

–No es tan trascendente. Es verdad que te mosqueas ese día pero nos ha pasado tantas veces que te quedas a las puertas, que al final el proceso lo conoces. Y ya lo que los psicólogos llaman la resiliencia lo tenemos asumido. Pero luego ves que la gente te quiere, que sales a la calle y te buscan, cantan contigo las cosas y te das cuentas de que tan mal no lo has podido hacer y se disfruta. Al final aprende uno a perder que muchas veces es muy necesario en las agrupaciones.

–¿Cuántos años le costó ser aceptado como gaditano?

–Pues no lo sé. No sé qué piensan los demás por dentro, pero desde siempre he tenido mucho cariño por Cádiz que ha ido subiendo de forma gradual y que trasciende el Carnaval. Ya no es sólo Carnaval, son los amigos, gente que ya es familia mía, como mis hermanos podría decir. Para mí Cádiz hace mucho tiempo que no sólo es Carnaval. Ya es estar, es salir con los amigos, que se casa éste, que otro ha tenido un niño... Ya es familia .

–La primera vez que pegó fuerte fue con su grupo de Carmona, ‘Los pibitos de la botellona’. ¿Cómo recuerda aquellos momentos?

–Ahí me di cuenta de lo que era la tele. Decidimos no venir al Falla hasta que no tuviéramos un grupo en condiciones y nos llevamos cuatro años yendo a todos los Concursos de Sevilla. Hubo un año que los ganamos todos y fue cuando decidimos ir al año siguiente a Cádiz. Y no nos equivocamos, sacamos ‘Los pibitos de la botellona...’, una chirigota para divertirnos nosotros también. Muy urbana, muy palpable y juvenil, lo que arrancó a mucha gente joven. Tuvimos ese acierto, nos hartamos de cantar todo el año y nos hicimos muy conocidos. Lo disfrutamos mucho aquel año.

–¿Volvería con este grupo?

–Me encantaría, pero mi familia es más la de Cádiz que la de Carmona. Si vuelvo a hacer una chirigota es con los míos, seguro que no me veo con otro grupo.

–En 2004 se estrenó con un grupo de Cádiz con ‘Action Cádix’, con el que al año siguiente sacó ‘Los que salimos por gusto’, su primer primer premio.

–Sí, con el mismo grupo, al que de hecho propuse sacar ya en 2004 la chirigota de los espermatozoides, pero no me dejaron. También lo intenté en Carmona y tampoco me dejaron. Creían que era un tipo muy borde y yo lo que quería era darle un enfoque infantil, pero no lo veían. Finalmente los convencí al año siguiente.

–Y menos mal, fue un pelotazo...

–Sí, un pelotazo, porque no era una agrupación esperada para nada. Ni en el Diario ni en ningún periódico nos anunciaban como una agrupación esperada, claro, era normal. Pero fue un campanazo para la gente y para nosotros mismos. No nos esperábamos tanto, sabíamos que el nivel estaba mejor que el año anterior, pero no tanto.

–Conocido por su chirigota, pero la verdad es que usted ha tocado todos los palos. Incluso el cuarteto, con el que vivió su primera semifinal en el 89 con ‘Al compás de mi cohetillo’. ¿Se atrevería hoy día?

–Como autor sí fue la primera vez, pero como componente salí antes en cuarteto. Y efectivamente, pasamos a semifinales y nos quedamos a nueve puntos de la final. Pero hoy día no lo sacaría. Es muy difícil el nivel de exigencia a un cuarteto, y además hay que contar con excelentes intérpretes o, de lo contrario, no se puede hacer algo en condiciones. Es la modalidad más difícil y hay muy poca gente capaz de ejecutar un cuarteto como lo hace Morera, Gago, Aguilera y toda esta gente. Es muy complicado.

–Y también en comparsa, en 2008 y 2009 con Los Majaras. ¿Cómo vivió la modalidad más pasional?

–Era una comparsa que ya tenía su sello y no me gusta llegar a los sitios y cambiarlo, sino adaptarme yo y ya luego bucear poquito a poquito. Pero en mi curriculum está. A Pedro, sus hijos y todos los componentes de aquella comparsa le tengo un cariño muy especial y ellos lo saben. Es algo que nunca olvidaré.

–¿Veremos otra comparsa suya?

–Es difícil compaginar llevar una chirigota y una comparsa que se exigen como mínimo llegar a las semifinales. Así que no lo descarto, pero lo haría en Cádiz con amigos míos. Con gente a la que quiero mucho, con muchos de la chirigota menos con el Benítez, que no canta nada(ríe).

–Y este año se le ve muy animado con el coro de Julio Pardo, 'El batallitas'.

–Se me ve como estoy. Es cierto que lo he disfrutado desde el primer momento en que Julio me metió en su casa, en su cuarto, para buscar músicas, para componer, para buscar el tipo y ver lo que vamos a hacer. Para mí ha sido un máster del Carnaval de lo que he aprendido de Julio. Me ha servido para cambiar el punto de vista en muchos aspectos del Carnaval. Aparte que me hacía falta un reto nuevo que no fuera la chirigota y me ha venido muy bien, me ha motivado muchísimo y estoy contento. No sé qué pasará pero mi intención es disfrutarlo y subirme a la batea con ellos y simultanear la batea con la chirigota. E incluso hacer un día en un momento dado una batalla de pasobobles y tangos entre los dos, de modo que yo iré cambiándome de la batea a la chirigota. Lo hemos hablado en petit comité pero tengo ganas de hacerlo.

–¿Seguirá en 2020 con el tango?

–Creo que sí porque me están tratando muy bien. Pero claro, no sé si podré aguantar tanto tiempo sin cantar. Lo quiero valorar bien pero es que no tengo razones para dejarlo, sino al contrario. Me siento muy querido y valorado por el grupo y esto es muy importante.

–¿Y regresará al COAC con la chirigota?

–Puede ser que no, no sé si voy a poder hacer dos agrupaciones a la vez y no sé si voy a estar inspirado. Mucha gente me lo pide y me alegra mucho que lo hagan, pero creo que por ahora no voy a volver. Ahora, que no sé cuando llegue el verano.

–¿Y cómo lo lleva su grupo de siempre?

–Yo les digo que saco todos los años antología con ellos pero me cuesta crear la chirigota, por la realidad y la exigencia que tenemos. Con el coro voy menos veces a ensayar, puedo hacer trabajos en remoto, puedo ver Netfix (ríe). Me deja más tiempo para mí y esto lo estoy notando para bien.

–Bueno, nos queda su callejera. ¿Qué nos depara con ella?

–Vamos de 'La vox kids', y el tipo ya se lo pueden imaginar. Por cierto, que queremos agradecer a Leonor Watling que nos mencionara el otro día en Buenafuente cuando hablaba del Carnaval de Cádiz.

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