Alpinismo

La nueva aventura del gaditano Yup en el Himalaya

  • En esta ocasión incrementó sus experiencias con el Santuario de los Annapurnas.

  • Los Andes peruanos se convierten en el objetivo marcado para el próximo año.

Yup en el Annapurna sur, con el 'ochomil' Annapurna central detrás.

Yup en el Annapurna sur, con el 'ochomil' Annapurna central detrás.

Sus 61 años de edad, que no aparenta ni por asomo, no han apagado lo más mínimo por el momento las ansias de aventura del alpinista gaditano José Manuel Jiménez Flores, más conocido en el mundillo de la montaña, y del deporte en general, por el sobrenombre de Yup.

Anualmente suele emplear el periodo vacacional para afrontar un nuevo reto de considerables dimensiones. Ni la peor experiencia de su trayectoria como deportista, vivida en octubre de 2018 con ocasión de un descenso realizado en condiciones muy adversas después de hollar la cumbre del Mera Peak, le hizo vacilar para añadir una nueva muesca a su palmarés en el presente 2019.

Su conocimiento del Himalaya resultaba casi perfecto pero le faltaba la guinda. Con la zona central (la del Everest) y la del este (la del Makalu, que incluye el referido Mera Peak) ya inscritas en su historial, le restaba tirar hacia el oeste de la impresionante cordillera asiática.

La montaña más famosa de esta zona es el Annapurna, considerado uno de los tres ochomiles más difíciles de escalar, junto al K2 y al Nanga Parbat, sobre todo por el elevado riesgo que existe de que se produzcan avalanchas de nieve.

Yup comienza explicando que "tenía tantas ganas de conocer esa zona montañosa que cubrí a pie un total de 100,72 kilómetros en ocho días con un desnivel positivo de 6.915 metros y luego un desnivel negativo de 7.559 metros, ya que bajamos a menos altura que la inicial a la que emprendimos el ascenso".

El plan consistía en efectuar un trekking (combinación de caminata por senderos pedregosos con subidas en forma de escalada y zonas de nieve) al Santuario de los Annapurnas, con salida desde la localidad nepalí de Pokara. Ese espacio mágico del Santuario se puede describir como una especie de circo rodeado de los diferentes Annapurnas, de los cuales los principales son el Annapurna I o central (8.091 metros), el sur y el oeste, estos dos últimos con la condición de sietemiles.

El alpinista nacido en la capital gaditana, en la actualidad afincado en San Fernando, la califica como "una experiencia estupenda a pesar de que iba solo. Allí coincidí con una pareja vasca y otra catalana, además de un grupo italiano, todos con el mismo plan trazado. Así que al final fui acompañado y haciendo amigos".

Lejos del mal recuerdo de lo vivido en el Mera Peak hacía unos meses, la realidad es que Yup se encontró en esta ocasión con algún suceso negativo: "En teoría era menos complicado que lo del Mera Peak, pero para ir al campo base del Annapurna y dormir en él se salía de noche del campamento base de otra montaña. Pues resulta que el campamento base del Annapurna había sido destruido completamente tres días antes por una avalancha. Cuando llegamos íbamos pisando los restos de lo poco que había quedado. Total, que fue subir, hacer unas fotos y volver a bajar. Afortunadamente, el suceso ocurrió tres días antes y no con nosotros durmiendo allí".

Ese fue el único susto, según confesión del aventurero José Manuel Jiménez: "El resto del trekking transcurrió con normalidad, sin ninguna incidencia más pese a que se atravesaban tramos con peligro de avalancha".

Aún en septiembre de 2019, en su cabeza ya se halla fija la idea de lo que hará con ocasión del año 2020. Los Andes peruanos son su próximo objetivo.

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