Fútbol | Segunda División B

El San Fernando vuelve a la senda del triunfo

  • Los azulinos ganan 2-0 el derbi al Algeciras, gracias a los tantos de Pedro Ríos y Ferrón.

Lolo Guerrero trata de taponar el centro del algecirista Antonio López.

Lolo Guerrero trata de taponar el centro del algecirista Antonio López. / ROMÁN RÍOS

La victoria está de vuelta. El San Fernando se reencontró consigo mismo en la primera parte del derbi ante el Algeciras que, en la segunda parte si apretó mucho más y puso en jaque, en determinadas ocasiones, al conjunto de Tito García Sanjuán.

Con este triunfo, los de La Isla vuelven a respirar, se colocan segundos en la tabla y a un punto el Cartagena líder del grupo, y aleja los fantasmas de la crisis, ese que revoloteaba entorno a un conjunto que ahora se desplazará consecutivamente a Córdoba y Cartagena.

Los de La Isla supieron leer el partido, sentenciarlo en la primera parte y sufrir en la segunda para llevarse tres nuevos puntos, para entusiasmar a su afición y para seguir creyendo en si mismo.

El choque comenzó algo dubitativo. Tito García Sanjuán había apostado por los mismos que cayeron en El Rosal, dando plena confianza a sus jugadores. De esta forma, los azulinos carburaban bien desde atrás, con un centro del campo imperial donde Raúl Palma hacía el trabajo sucio y Sandro Toscano pincelaba pases a uno y otro lado de la cancha.

Pero es que en uno de ellos, concretamente el derecho estaba el ejemplo a seguir. A pesar de sus 37 años, Pedro Ríos demostró que tiene mucho juego en su haber, que el que tuvo, retuvo y él solito se encargaba de traer en jaque a una defensa algecireña que no encontraba la manera de pararlo.

Los isleños contaban los minutos por ocasiones y en el 3’ ya la tuvo Pedro Ríos, en el 12 Perdomo a pase de Francis Ferrón y en el 15 una contra tras el robo de balón finalizó con una internada del propio Perdomo que cedía al capitán isleño cuyo centro-chut desviaba Pablo de Castro dentro de las mallas de un desconcertado Benito Del Valle.

Pareció despertar el Algeciras que quiso, pero no pudo, coger el mando del encuentro. El centro del campo azulino era firme y las bandas peligrosas.

En el 27’ al saque de un córner, Francis Ferrón, que cuajó otro impresionante partido, remató magistralmente de cabeza para marcar un gol que no celebró por respeto a los suyos. Era el tanto de la tranquilidad, de la sentencia, de la vuelta.

Si apuran, en el 32, un remate de Moisés García, en una posición más que dudosa, pudo significar el 3 a 0 que ya no hubiese dado más historia al partido.

Pero no fue así. Y el Algeciras salió en la segunda parte con otros brios muy distintos. Los de Emilio Fajardo cogieron las riendas del choque a sabiendas que un gol los metería de lleno en el encuentro.

Y a fe que los albirrojos lo hicieron. El dominio se tradujo en ocasiones y Antoñito, en un visto y no visto, se convirtió en una pesadilla para la zaga azulina. Ya Rubén Gálvez se tuvo que emplear a fondo en el 54’ en un remate de Karim a bocajarro al que respondió el cancerbero de Aracena a las mil maravillas y en el 60’ fue Iván Turrillo el que peinó un córner al que no llegó ninguno de sus compañeros.

El balón no le duraba mucho a los isleños que vieron como Antonio López hizo intervenir a Rubén de nuevo en el 68’. Pero los brios fueron bajando con los minutos. Los isleños se dieron cuenta de sus deficiencias y lo corrigieron con la entrada de Antonio Oca, que equilibró el centro del campo y le dio algo más el balón a sus compañeros.

Pudieron sentenciar los isleños en el 70’ en una enorme jugada de Sandro Toscano que no tuvo final. Pero en el 80 llegó la jugada polémica en un gol anulado por fuera de juego a Antonio López al saque de una falta. Los algecireños, con esa jugada tiraron la toalla definitivamente y ya jugaban mucho más con el corazón que con la mente con la intención de un imposible que no llegaría.

En los últimos minutos del choque, los de La Isla mostraron la veteranía que les atesora hombres curtidos en mil y una batalla y supieron manejar el choque hasta el punto de adjudicarse definitivamente la victoria.

No tenía más historia un partido que aúpa al San Fernando de nuevo a los puestos de privilegio, que hace resurgir a un equipo que había ofrecido ciertas dudas en los dos últimos partidos disputados ante Sevilla Atlético, en casa y Cádiz B a domicilio. Es un triunfo para confirmar que el sueño sigue intacto, para demostrar que se sigue en el camino y que las cosas tienen que llegar con la tranquilidad necesaria.

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