Le había prometido a su padre que después de Semana Santa le entrevistaría, pues ya tocaba destacar el papel que Dani Reyes Pirulo venía realizando en el Chiclana Industrial desde su vuelta a los terrenos de juego. Tras casi dos meses ausente por la fractura de un dedo de una mano, el extremo recuperaba su mejor versión en el equipo, como confirmó en el último partido antes del parón liguero. El chiclanero disparó al palo y su rechace supuso el tercer gol rojinegro ante el Alcalá del Valle, dando además la asistencia a Manolito para que anotara también el cuarto. El niño grande no marcó pero demostró una vez más que es una pieza clave del engranaje industrialista.

Pero la mala suerte se cebó de nuevo con el jugador, haciendo de esta temporada un annus horribilis a nivel personal. El pasado domingo se disputó un partido importantísimo para la consecución de la permanencia, en el que los de Juan José Flor consiguieron traerse un punto a casa a pesar de merecer mucho más. Pero el resultado del choque pasó a un segundo plano cuando, en torno al minuto 68, todo el campo enmudeció ante la caída de Pirulo. "La pierna se me quedó totalmente colgando", cuenta el extremo. La cosa no pintaba nada bien y cuando llegó la ambulancia, que tardó media hora, se confirmaron los pronósticos: fractura de tibia y peroné de la pierna derecha.

El rojinegro fue trasladado al hospital de Jerez e intervenido el lunes por la noche. Gracias a los últimos avances médicos no ha sido necesario escayolarle la pierna, pues la operación se ha llevado a cabo a través de una pequeña incisión por detrás de la rodilla. Con esta nueva técnica se le ha colocado un clavo para unir las dos partes de cada hueso, algo positivo para Pirulo, pues "afortunadamente la rotura ha sido limpia, así que cicatrizará mejor y más rápido. Dentro de la gravedad, los médicos dicen que es lo mejor que me ha podido pasar, porque romperse una articulación o un ligamento hubiera sido peor".

El jueves ya empezó a apoyar el pie y le dieron el alta al final del día para que comience la rehabilitación cuanto antes. A falta de cuatro partidos para que termine la temporada, Pirulo ha tenido que despedirse de los terrenos de juego con antelación y de la peor manera, pues estará por lo menos seis meses de baja. "Aunque no pueda correr ejercitaré los músculos en la medida de lo posible. En un par de meses ya caminaré sin dolor", explica el futbolista.

Han sido muy numerosas las muestras de cariño que ha recibido el rojinegro, tanto por parte de compañeros como de rivales, a los que les está muy agradecido. Y, aunque en un primer momento hasta se planteó aparcar el fútbol, al menos temporalmente, espera encontrarse lo suficientemente recuperado para animar a su equipo este domingo en casa en el encuentro frente a El Torno 2009. Si hay algo que Pirulo tiene claro desde hace tiempo es que "la permanencia la conseguimos seguro, aunque ahora tenga que apoyar al equipo desde la grada".