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Fútbol | Tercera RFEF

Pablo Molina: "Este año le debo mucho al Conil"

  • El bravo lateral zurdo devuelve con un trabajo excepcional "el gesto del club al abrirme otra vez la puerta"

Pablo Molina protege el esférico en un partido con el equipo conileño.

Pablo Molina protege el esférico en un partido con el equipo conileño.

Pablo Molina ha vivido la noche y el día en una misma temporada. Hace un año se comprometió con el Conil, tras la llamada de Lázaro Canto, hasta que la aparición del Ciudad de Lucena cambió de forma brusca sus planes. Marchó a tierras cordobesas, en lo que él mismo reconoce como un error, antes de recibir de nuevo la llamada conileña y dar hasta la última gota de esfuerzo para contribuir, y de qué manera, en la salvación del equipo.

"Necesitaba reencontrarme con mi mejor versión, sentirme futbolista y valorado. Necesitaba que alguien confiara en mí", relata Pablo Molina señalando al Conil y a Lázaro, su entrenador esta última campaña. El defensor gaditano no niega que tiene "debilidad" por el técnico. "Lo ha pasado fatal, y todo ello asumiendo un doble cargo".

Pablo gira la cabeza para mirar al pasado y, de forma caballerosa, reconocer su error. "Es cierto que el año pasado me fui de forma poco adecuada; lo sé. Pero entendía que podía mejorar, como desea cualquier persona en su vida. El Ciudad de Lucena era un aspirante al ascenso que iba a jugar la Copa del Rey". La realidad allí fue dura porque jugó muy poco. "Trabajé mucho y fuerte pero sabía que no iba a cambiar la situación", recuerda.

A partir de ese momento Lázaro le llamó y le abrió la puerta sabiendo lo mucho que podía aportar el ex cadista en el campo. "Ningún equipo te ficha después de irte. Por eso este año le debo mucho al Conil. A Lázaro, al presidente saliente, a la directiva, compañeros..., a todos. Este es un club muy serio, con mucha formalidad y muy cercano".

Llegado a este punto, Pablo Molina tiene claro dónde quiere aportar su raza como futbolista. "Mi primera opción está en el Conil y estoy a la espera de la entrada en acción de la nueva directiva y que se ponga en marcha el proyecto. Creo que me propondrán continuar. Ese es mi deseo y si, además, es el deseo de ellos, pues adelante", afirma con orgullo.

Repasa la temporada concluida desde la satisfacción y el sufrimiento. "Ha sido una campaña muy dura que fue por rachas. Aparecía algún covid y debíamos parar, sin entrenar. Luego de nuevo a coger la forma y competir. Todo ello lamentando los errores de los árbitros en un año en el que no hemos tenido suerte. Lo digo desde el respeto a ese gremio", apunta antes de recordar el momento de infarto del último partido. "Ese gol en ese minuto final... -guarda silencio por la emoción- fue un gol salvador. La victoria de un equipo, de un proyecto y de un pueblo entero. Hemos remado contra viento y marea ante muchas adversidades, siempre desde la unidad. Eso es lo que me llevo de este año: el equipo está antes que todo. Por eso el vestuario ha sido una piña", finaliza Pablo Molina, raza pura en el carril izquierdo criado, futbolísticamente hablando, en 'su' Cádiz CF.

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