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Pablo Benegas (La Oreja de Van Gogh): "Cuando nos ponemos de acuerdo en algo sentimos que somos imparables"

  • La Oreja de Van Gogh recalan mañana (22:30 horas) en el Concert Music Festival de Sancti Petri

  • Presentarán su último disco, 'Un susurro en la tormenta', y sus temas más conocidos

De izq. a dcha.: Álvaro, Pablo, Leire, Xabi y Haritz, lo integrantes de La Oreja de Van Gogh.

De izq. a dcha.: Álvaro, Pablo, Leire, Xabi y Haritz, lo integrantes de La Oreja de Van Gogh. / Getin

El título del último disco de La Oreja de Van Gogh, Un susurro en la tormenta, se antojaba premonitorio. Después de lo vivido por la pandemia, cualquier rayito de esperanza parecía eso, un mínimo empuje de aire para decir que de esta saldremos. "Íbamos como en una balsa a la deriva. Luego empiezas a entender todo y lo más evidente fue que durante el confinamiento, la cultura fue la cuerda a la que estábamos agarrados con el abismo de la incertidumbre bajo nuestros pies. Estamos orgullosos de pertenecer a un sector que comprendió que en aquellos meses tan duros el papel que teníamos que jugar era el de entretener, hacer que esas horas que pesaban como siglos fueran más llevaderas", cuenta Pablo Benegas, guitarrista de la formación.

La Oreja de Van Gogh actuarán mañana en el Concert Music Festival de Sancti Petri (22:30 horas) para presentar ese último trabajo, "del que estamos muy orgullosos" pero también "las canciones más importantes de toda nuestra trayectoria". Y todo bajo el particular sonido de la banda, que parece que no tiene fronteras si repasamos su agenda de conciertos. "Somos un grupo de verdad, que hace la música que quiere y siente, donde nadie más interviene en la parte creativa. Contamos historias donde todo el mundo se puede reflejar". Así, tras Sancti Petri y varios recitales más en España, ponen rumbo a Estados Unidos: "es el sueño de cualquier artista, poder girar en ese país con la tradición que tiene", admite Benegas.

En la concepción de ese sonido tan conocido y aplaudido está también su propia compenetración como formación. "Con 20 años las canciones van directamente del corazón al papel sin pasar por nada más y, lógicamente, cuando tienes más de 40 esa parte reflexiva y de responsabilidad adopta más espacio. Somos muy exigentes, queremos ir más allá, ahora desechamos ideas que antes hubiéramos dado por buenas. Estamos al margen de los tiempos de la industria, no nos gusta pasar por encima de las cosas sin profundizar, sin darles segundas oportunidades", afirma el músico.

Porque La Oreja de Van Gogh son, sobre todo, canciones que han quedado grabadas en la memoria colectiva. "Hemos aprendido a escribir canciones juntos, tenemos nuestra manera que no será la buena pero nos funciona. Cuando lo tenemos claro, cuando estamos de acuerdo en algo, sentimos que somos imparables", dice.

Y sin olvidar el compromiso social del arte. Para muestra, la canción Sirenas, incluida en el último álbum. "En este disco nos dimos cuenta de que ya no teníamos ese sobresalto cuando escuchábamos las sirenas de las ambulancias que recorrían nuestra ciudad. También nuestros hijos son la primera generación de niños vascos que van a vivir sin terrorismo y sentimos la responsabilidad de contarles qué pasó. Sirenas hace memoria mirando al futuro, por la convivencia de un pueblo partido por la mitad, que ha sufrido mucho. Esa memoria, recordar a la víctimas, es fundamental para construir", cuenta.

Quizá una de las mejores armas frente a la adversidad sea el humor, y de eso vascos y andaluces saben mucho. "Vertebra y da coherencia a este país tan maravilloso y diferente que tenemos. Hay mucho vasco que veranea en Cádiz. Yo tengo buenísimos amigos, gente a la que quiero y con la que tengo un vínculo cercano. Nos damos cariño y respeto", concluye.

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