Arte al servicio del medioambiente

“Gracias por tu sensibilidad”. Así se despide el muralista Antoni Gabarre después de media hora de conversación en la que afloraron los sentimientos y trató de explicar, de alguna manera, los motivos por los que uno de los pioneros del graffiti en España tiene su centro de operaciones en la ciudad de Chiclana.

“Vine a aquí por amor...y me enamoré”, expresa un artista nacido en Barcelona pero que se siente andaluz y chiclanero y cuya temática en sus obras va siempre en relación al medioambiente. “Siempre me ha inspirado esta causa”, indica Gabarre, que luce en su brazo derecho un tatuaje en forma de atún, ser vivo protagonista en un proyecto muy especial que realizó hace un lustro en las paredes del poblado de Sancti Petri.“El objetivo de ‘Atunes’, como nombré al proyecto, era devolverle el protagonismo a este emblema de la historia del poblado y liberar las almas después de aquellas orgías de sangre en las almadrabas”, explica.

Sin embargo, Gabarre, que embelleció de manera altruista las paredes de un lugar “tan místico como histórico” se muestra dolido por el uso al que ha sido derivado el poblado. “Siento dolor al ver lo que están haciendo estos veranos con los conciertos en una zona que debería ser sagrada teniendo en cuenta su historia; por eso ya apenas voy a Sancti Petri”, expresa al tiempo que se muestra descontento por ver cómo su pintura se ve “manchada de alguna manera por la aglomeración de personas que se da cita en el Concert Music Festival”.

Quizás por ello, Antoni no se queda con “mis atunes” (así los llama cariñosamente) si tuviera que elegir alguno de los muchos murales que hoy dan alegría a diferentes zonas de Chiclana. Es el caso de la obra dedicada a la asociación Igualmente, que pretende la igualdad de género. Antoni Gabarre es miembro de este colectivo y destaca el mural que realizó con motivo del 8 de marzo. “Es un olivo andaluz que quiere dar sensación de fuerza a las mujeres en su lucha y por eso está firmado, de alguna manera, por todas, no por mí, y eso es lo que lo hace diferente”, comenta.

Como no podía ser de otra manera, Gabarre mezcla la causa en cuestión con el medioambiente, con la naturaleza, su razón de ser e inspiración. La pintura, que se encuentra en la ribera del río Iro, se encuentra junto a otra que el mismo autor realizó junto a su hija, la también artista Mar Gabarre, el pasado año y que muestra un paisaje idílico y natural.

De esta forma, Gabarre pretende, como ocurre con Sancti Petri, que Chiclana “no olvide sus raíces, de dónde viene” a pesar de su evidente crecimiento urbanístico. Esta lucha de Antoni Gabarre no se ve recompensada monetariamente, ya que “todo lo necesario para pintar sale de mi bolsillo”, pero sí de otra forma: con el reconocimiento juvenil, puro e inocente de los niños. Y es que el muralista, que en las próximas fechas llevará sus atunes a Bilbao y también trabaja en zonas Cádiz y Barcelona, dedica tiempo para contagiarse de la alegría infantil de los alumnos de diversos centros de Chiclana y realiza murales con ellos.

El último se puede contemplar en el Colegio La Barrosa. Al respecto, Antoni explica que “casi un 95% de los niños, en general, tuvieron su primera experiencia pintando conmigo”. En este sentido, cuenta que “la mayoría no se ve capaz de hacerlo, pero al final, cuando lo consiguen, es bastante especial para ellos y para mí”, explica.

De esta forma, trasladando el compromiso medioambiental de generación en generación, Gabarre siente “un importante chute anímico” para continuar con la gran trayectoria que cargan sus pinceles. De momento, se muestra tan fuerte y luchador como sus atunes, que, a pesar de ser vistos por multitud de personas en otros puntos de España gracias a su creador, sienten que la idea de Gabarre, que desea un Sancti Petri “íntimo, en paz con el medioambientey sin mercadeos sobre la península”, está hoy, según el artista, muy lejos de ser posible.