Leo Messi estuvo cerca de jugar en el Cádiz CF cuando aún era muy joven. El conjunto amarillo acababa de subir a Primera División en 2005 y el futbolista, con 18 años recién cumplidos, formó parte del Barcelona que disputó el Trofeo Carranza aquel verano.

Durante aquella estancia en Cádiz antes del comienzo de la campaña 2004/05 hubo un intento del club amarillo de poder contar con el argentino en calidad de cedido para que acumulase minutos y experiencia en la máxima categoría.

El intentó resultó infructuoso porque el entonces entrenador del cuadro azulgrana, Frank Rijkaard, quiso a tener a Messi en su plantilla y frenó su salida. El resto de la historia de Messi en el balompié es de sobra conocida, considerado por muchos como el mejor futbolista de planeta durante una larga etapa.

No cuajó el primer vínculo de Messi con Cádiz pero más de tres lustros después se abre una nueva relación entre el astro argentino y el territorio gaditano. Esta vez tiene nada que ver con el fútbol, sino con el sector empresarial.

El ex jugador del Barcelona, actualmente en las filas del París Saint Germain, además de practicar el fútbol se dedica a invertir. Es propietario de una cadena hotelera, MIM Hotels (gestionada por Majestic Group desde 2017), que hace pocas semanas formalizó su sexta adquisición en un enclave de lujo. Un lugar estratégico en la costa, donde suele haber un clima agradable con playas y la posibilidad de practicar diversos deportes.

La empresa de Messi compró un hotel en el Puerto Deportivo de Sotogrande, enclavado en el término municipal de San Roque (Cádiz). Se trata e un establecimiento de primera calidad que cuenta con 45 habitaciones y tiene prevista su apertura el próximo mes de abril con el nombre MIM Sorogrande Club Marítimo.

Los primeros pasos no han estado exento de polémica porque los 40 empleados que trabajaban en el hotel antes de ser comprado por MIM Hotel han sido despedidos. De hecho, el alcalde de San Roque ha pedido que se respeten los contratos de esos trabajadores.