Cádiz CF

A la tercera va la vencida

  • Después de dos intentos frustrados, la familia Pina consigue hacerse por fin con las riendas del club con la doble misión de resolver los problemas económicos y ascender de categoría

El pasado 24 de noviembre, Quique Pina pisaba el césped del Ramón Carranza. Pocos los sabían, pero tenía la certeza de que iba a poder a volver a pisarlo muchas veces más. Desde allí contemplaba el remodelado estadio que no había podido ver completado hace dos años, con la nueva Tribuna en fase de construcción cuando se hizo cargo de la gestión deportiva y el Cádiz se quedó a un solo penalti del ascenso a la categoría de plata en aquella dramática eliminatoria contra el Lugo.

 

Pina buscaba sensaciones hace diez días en su vuelta al coliseo gaditano. No sólo pisaba el césped, también se sentaba en el banquillo y se dejaba querer. Regalaba poses ante las cámaras conocedor de lo que se avecinaba. Llegaba como presidente del Granada -el filial ejercía de visitante el último domingo de noviembre- y ya deslizaba, sin decirlo, lo que podía deparar el futuro, que acabó siendo inmediato. "Me gustaría volver a colaborar con el Cádiz". Y tanto.

 

El empresario murciano tiene una espina clavada con el Cádiz. Quizás dos. Una, no lograr un ascenso que en condicionales se hubiera producido de no haber sufrido el equipo aquel pésimo arbitraje en Lugo, con tres goles ilegales. La segunda -la que se acaba de quitar-, siempre ha mostrado predilección por el club aunque por una razón u otra se le escapaba de las manos cuando parecía tenerlo al alcance.

 

Pero a la tercera ha sido le vencida. Pina irrumpe por fin en el Cádiz con su padre, Juan José, como administrador único de la empresa Locos por el Balón, que se hace con la propiedad del paquete mayoritario de acciones en un momento delicado para la entidad, tanto que la supervivencia corría serio peligro ante la falta de liquidez en las arcas.

 

La primera tentativa, hace seis temporadas, resultaba frustrada por la aparición en escena de Arturo Baldasano, el entonces preferido por el Ayuntamiento para hacerse con el control del club en detrimento del murciano. Tras el meteórico paso de Baldasano, Muñoz volvía a hacerese con las acciones y en el plano deportivo el conjunto amarillo caía de nuevo en las catacumbas de la Segunda División B un año después del ascenso con Javi Gracia en el banquillo.

 

Muñoz era consciente de que las acciones le quemaban en sus manos. La afición no quería saber nada del cordobés, que debía buscar una solución de urgencia y en la temporada 2011/12 cedía la gestión deportiva a Quique Pina y su padre, Juan José, se convertía en presidente. El murciano llegaba sin adquirir las acciones pero con una opción de compra de haber ascenso a la categoría de plata o una renegociación en caso de seguir anclado en la de bronce.El gestor deportivo invertía en el diseño de una gran plantilla. Se dejaba los cuartos en el Cádiz, que todavía le debe 450.000 euros.

 

Una vez consumado el no ascenso, Pina ponía sus condiciones para seguir en el Cádiz esta vez como propietario y Muñoz, viendo que no iba a sacar la tajada económica que pretendía, extraía un conejo de la chistera y sorprendía con la venta de sus acciones a Sinergy en una maniobra que enfadaba, y mucho, a un presidente del Granada que se sentía traicionado. 

 

Conocedor de los entresijos del mundo del fútbol, el murciano sabía que tarde o temprano su teléfono volvería a sonar con el mismo comunicante al otro lado del aparato. Antonio Muñoz, ante el impago del segundo plazo por parte de Sinergy, se ponía en marcha para recuperar las acciones pero tenía que encontrar dónde colocarlas y de nuevo buscaba la solución en el regazo de Pina. Esta vez sí, la familia Pina llega para quedarse, con Juan José como próximo presidente de un club del que será el poseedor del 49,5 de las acciones.

 

La irrupción de los Pina se produce entre las tinieblas en las que se halla inmerso el club. Un doble frente tiene por delante: poner fin a los problemas económicos -paliar el déficit del pasado curso, inyectar liquidez para el actual y acelerar el la firma del convenio de acreedores del concurso- y buscar el ascenso lo antes posible.

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