Restan cuatro jornadas para el final de la primera vuelta y, salvo hecatombe de proporciones gigantescas, el Cádiz CF se arribará a la mitad de la temporada como líder de la Liga. Tiene todas las papeletas que ha adquirido con un recorrido impoluto.

Los diez puntos de ventaja sobre sus dos rivales más cercanos en la clasificación le colocan en una situación inmejorable para ser campeón de invierno. No es que ese título honorífico sea útil en la práctica, aunque sí es el reflejo del buen desempeño que desarrolla un equipo que a día de hoy es inabordable.

Quedan 12 puntos por dilucidar en la primera vuelta. El reto de los amarillos es llegar lo más lejos posible, siempre con la filosofía del partido a partido que el técnico lleva al extremo del entrenamiento a entrenamiento. Cada día es importante. Con 39 en el bolsillo, lo tiene mejor que bien para alcanzar e incluso superar la barrera de los 40.

Con tres puntos más confirmará de manera matemática el conjunto de Álvaro Cervera su condición de primero de la clase tras la 21ª jornada. Y en el caso de que no sume ninguno, sus tres perseguidores que aún tienen la posibilidad de darle caza (Almería y Huesca están a diez y el Fuenlabrada a 11) tienen que ganar todos sus partidos para poder arrebatarle el trono. Se tiene que unir el hundimiento del líder con una racha inmaculada de al menos uno de los que andan al acecho. Un triple salto mortal con tirabuzón.

Una victoria en el terreno del Fuenlabrada el próximo domingo aseguraría el liderato en el ecuador del campeonato, que además esta vez coincide con las mini vacaciones de Navidad antes de la vuelta ya en 2020.

En el caso de que el Cádiz CF pierda en territorio madrileño, tendrá una nueva oportunidad el día 8 de diciembre en el regreso al fortín del estadio Carranza para recibir al Elche.

Si también falla en casa, donde aún no conoce la derrota, apurará otra opción más en el terreno del Real Oviedo el día 15. Y cerrará la primera vuelta como local frente al Numancia el 21. No será por falta de oportunidades.