Susto en una fría noche en el Ramón de Carranza, que registró una buena entrada a pesar de la hora y del cartel del rival, un Lugo que, con todos los respetos del mundo, resulta menos atractivo que otros equipos de la categoría.

En los prolegómenos del choque, justo antes de que los protagonistas saltaran al césped para el inminente pitido inicial, la iluminación del estadio, remozada para la reciente visita de la selección española en su primera comparecencia oficial en la capital gaditana, ofreció un juego de encendido y apagado de focos de manera alterna cuyo efecto resultó espectacular. Al mismo tiempo, los videomarcadores, en plural porque además del que se estrenó en el España-Malta también entró en funcionamiento el que va ubicado entre la Preferencia y el Fondo Sur, mostraban las imágenes de la chirigota La Familia Pepperoni cantando en inolvidable pasodoble que se ha convertido en himno oficioso del club.

Ya con los futbolistas sobre el rectángulo, aún quedó lugar para que Choco Lozano recibiera, de manos del ex cadista Dani Güiza, el premio que le otorga LaLiga SmartBank como jugador más destacado del pasado mes de octubre. En suma, un aperitivo de lo más sabroso para una contienda que cerraba la 17ª jornada y que vislumbraba para el líder la posibilidad de abrir más si cabe la distancia respecto a sus perseguidores.

Sin embargo, el frío ambiental se trasladó al tapete en un abrir y cerrar de ojos, lo que transcurrió hasta que un error en cadena, con Rhyner y Cifuentes como principales señalados, se tradujo en el 0-1. Quedaba un mundo por delante pero el peor escenario se dibujaba porque enfrente había un adversario, el menos goleado de la categoría a domicilio, que se caracteriza precisamente por defender con uñas y dientes.

La afición, aturdida por el golpe, reaccionó sobre todo a raíz del gol anulado a Nano Mesa por fuera de juego. La grada presionó lo suyo mientras el VAR confirmaba lo que parecía claro, que el fuera de juego invalidaba la acción, pero el árbitro se llevó una sonora pitada. Poco después, el 1-1 de Iza Carcelén encendió definitivamente  a la hinchada. Lástima que el descanso cortara el momento.

En la reanudación, el monólogo del Cádiz mantenía viva la esperanza de certificar la remontada, aunque las ocasiones brillaban por su ausencia. Claro, hasta que Iza volvió a aparecer con un inesperado latigazo desde el vértice del área que se coló por la escuadra de Ander. Golazo muy celebrado y doblete del lateral derecho, cuyo nombre coreaban los seguidores.

Hasta el final, previsible sufrimiento, pese a que siempre estuvo más cerca el tercero que el empate, otros tres puntos para las alforjas festejados como se merece.