Cádiz CF

La huella recíproca entre el cadismo y Cervera, que ya es un gaditano más

  • El técnico no perderá el vínculo con una ciudad y una forma de vivir de la que se ha enamorado

Cervera durante a la rueda de prensa.

Cervera durante a la rueda de prensa. / Jesús Marín

Álvaro Cervera ya es pasado en el Cádiz CF como él mismo se encargó de insistir durante la rueda de prensa, a modo de despedida, que ofreció el miércoles 12 de enero en el estadio Nuevo Mirandilla (antes Carranza).

Aquel técnico que aterrizó de emergencia en abril de 2016 y llevó al equipo hasta Primera División deja de ser el inquilino del banquillo, pero ya es un ciudadano gaditano más. Y cadista, por supuesto. Él mismo reconoció que, por más equipos en los que ha estado y quizás esté en el futuro, será muy difícil que viva algo similar.

Cervera se quiso ir con caballerosidad, aunque era inevitable que soltase algún pildorazo durante su extensa comparecencia. Lo hizo cuando fue preguntado por alguna cuestión que respondió con prudencia pero con algún mensaje entre líneas.

Pero como él mismo recalcó, ya es pasado y aseguró que vendrá muchas veces a Cádiz como uno más porque se de aquí. En Cádiz ha encontrado su sitio. Tiene casa y será usual verle pasear por las calles del centro de la capital gaditana o jugar al golf en Villanueva (Puerto Real), donde se ha sentido como en casa. Allí encontró su refugio personal más del fútbol. Allí gestó su círculo de amistades durante su estancia en territorio gaditano.

El cariño ilimitado que ha encontrado en la gente traspasa el ámbito de los resultados, que es lo que mueve el fútbol. Es destituido por la mala marcha del equipo, ubicado en zona de descenso, pero fueron cientos los aficionados que se agolparon junto a la entrada baja de Tribuna del estadio Nuevo Mirandilla (antes Carranza) para darle todo su apoyo el día de su adiós.

Eso es lo que se lleva. El cariño de la gente. Nada más importante que eso. Cervera deja huella en el cadismo y el cadismo deja huella en Cervera. Una unión que va más allá del balón. Una relación para la eternidad. Cervera es leyenda. Al final, después de casi seis años, se va agradecido, cambiado a mejor como él mismo dijo en su despedida

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