Ager Aketxe se está convirtiendo en un jugador importante en el Cádiz de esta temporada cuando más lo necesita el equipo. El pasado domingo marcó un tanto que se sacó de la chistera y que posibilitó al conjunto amarillo rescatar un punto en el Nuevo Los Cármenes de Granada que conllevaba una doble consecuencia. Buena para los visitantes, porque les aseguraba una jornada más la presencia en plazas de play-off, y mala para los locales, porque suponía retrasar, al menos una semana más, el anhelado ascenso a Primera División.

Sin embargo, aun siendo muy importante, el golazo del vasco no deja de representar sino la punta del iceberg de una progresiva mejoría que le ha permitido evocar al jugador que hace un par de campañas resultó determinante para que los pupilos de Álvaro Cervera se clasificaran entre los seis mejores y pelearan finalmente por el salto de categoría. Que la historia se repita este curso puede pasar en gran medida por la aportación del ex del Athletic de Bilbao.

Por el momento parece haber encauzado su fútbol hacia el camino correcto. Después de una campaña más bien discreta, en la que comenzó como titular para poco a poco ir diluyéndose y, alcanzado el ecuador de la competición, dejar de contar para el técnico más allá de como un suplente de lujo, el 23 del Cádiz se muestra dispuesto a asumir un papel protagonista, acaso el que le corresponde por muchas razones en la plantilla.

Aunque ha intervenido en 31 de los 40 choques de Liga disputados hasta la fecha, lo cierto es que sólo en 17 ocasiones formó parte del once inicial, totalizando 1.667 minutos sobre el césped que le sitúan en la 13ª posición de los jugadores más utilizados por el entrenador. Eso sí, su faceta realizadora y, en general, su contribución al colectivo se han incrementado en los últimos tiempos de forma considerable, hasta el punto de que su granito de arena se presume como fundamental en los coletazos finales de la campaña regular.

Autor del 1-3 que sentenciaba la victoria en el Nuevo Arcángel de Córdoba en la primera vuelta, gol que apenas celebró, desde la visita a Las Palmas, en donde se asoció con Machís para que el venezolano marcara el primero de su hat-trick y también participó en el segundo del triunfo final por 0-3, Ager ha ido creciendo paralelamente a la consolidación de las opciones cadistas. En el Ramón de Carranza ante el Zaragoza anotó de falta directa el 2-3 que devolvía las esperanzas para salvar un punto que a la postre se sumó gracias al penalti transformado por Álex Fernández.

Aketxe volvía a acaparar la atención y, bien por el centro, bien pegado a una banda o incluso de falso lateral, Cervera apostaba de nuevo por él para la titularidad. Otra vez en la capital gaditana contra el Málaga, un zapatazo en un libre directo se convertía en el 1-1 definitivo. Una vez más resultaba decisivo. Y el pasado domingo en Granada, más de lo mismo pese a salir esta vez desde el banquillo en el tramo final en sustitución de Rober Correa. Controló el cuero, condujo unos metros hasta hacerse un hueco y soltó uno de sus latigazos buscando la escuadra que encontró el premio del empate.

Un valioso tesoro que marca la realidad actual, que gracias al punto conquistado en el Nuevo Los Cármenes el Cádiz continúa dependiendo de sí mismo para jugar la fase de ascenso. Un valioso tesoro desenterrado gracias a la calidad individual de un futbolista llamado a marcar diferencias, más si cabe porque se ha marchado Manu Vallejo con la selección sub'21 y desde el lunes tampoco permanecerá en el grupo Darwin Machís, convocado con Venezuela para la Copa América. Sin ellos puede que haya llegado la hora de Aketxe.