Crónica y resultado del Girona - Cádiz CF | Copa del Rey

Un triste Cádiz CF se despide de la Copa (2-0)

Marc Baró trata de frenar el avance de Valery.

Marc Baró trata de frenar el avance de Valery. / David Borrat/Efe

El Cádiz CF demostró con hechos que la Copa del Rey le sobraba en el calendario. Se despidió con más pena que gloria tras sufrir una merecida derrota (2-0) en el terreno del Girona. Un nefasto arranque de segunda parte condenó a un equipo amarillo que en ningún momento dio la impresión de tener opciones de pasar a octavos de final, y mucho menos cuando se encontró con dos goles de desventaja.

El Cádiz CF empezó bien pero fue un espejismo. Se fue desinflando hasta sacar la bandera blanca. Cerró el torneo con una derrota que duele sobre todo por la lesión de apariencia grave que sufrió a Akapo. Por lo demás, la segunda unidad no estuvo a la altura de la cita y dejó escapar la oportunidad de demostrar que puede tener la titularidad en la Liga.

No hubo diferencia entre un equipo de Segunda y otro de Primera y si la hubo fue favorable a un Girona con más ahínco y pegada frente a un Cádiz CF inapetente.

Como se esperaba, Álvaro Cervera alineó un once plagado de no habituales con la salvedad de Fali, titular que no podrá contra el Levante por sanción.

Lo que no cambió fue el dibujo, el clásico 4-4-2 con una intensa presión arriba. Salieron entonados los gaditanos hasta el punto de que Jairo obligó a intervenir a Muric con un disparo antes del minuto 5.

El aparente control fue de los visitantes, rápidos en el repliegue, sin dejar espacios, y con intención de hacer daño en el área contraria con un activo Bobby Adekanye en los compases iniciales.

Pero enfrente estaba un rival que no parecía dispuesto a tirar la toalla en ningún momento, aunque el conjunto de Primera siguió apretando. Justo cuando el reloj alcanzó el cuarto de hora, Jorge Pombo envió el balón por encima del larguero tras un centro de Akapo.

El Cádiz CF imponía su autoridad pero no tardó en recibir un aviso. En el 16, David Gil empezó a trabajar tras un remate de Valery. Poco después, un cabezazo desviado e Bernardo en nueva señal de que el Girona no lo iba a poner nada fácil. De hecho, marcó en el 28 tras un centro producto de una falta pero en posición de fuera de juego que no admitía discusión.

El paso del tiempo equilibró el juego. Los de casa se fueron soltando y se sucedieron las faltas a las que recurrieron los amarillos a modo de freno. El juego se trabó, unos y otros rivalizaron en desaciertos y el gol pareció una quimera.

No halló la forma el equipo de Cervera de traspasar el grueso muro edificado por un Girona al que no le pesó encerrarse. Bobby fue el que más empeño puso con tanta habilidad y velocidad como exceso de individualismo.

El arreón de los visitantes en los instantes previos al descanso se topó con una cadena de fueras de juego que inutilizaron las intentonas. Ni siquiera aprovecharon su arma preferida, el contragolpe, cuando se presento la ocasión.

Ni catalanes y ni andaluces hicieron méritos suficientes en una primera mitad de dominio alterno, sin un dueño claro, con poca profundidad y ambos esquivos con el gol.

Las defensas se impusieron a los ataques a la espera de que el partido rompiese de alguna manera. Y rompió poco después de la reanudación con un Girona mucho más enchufado. En el 48, Valery resolvió con eficacia un mano a mano con David Gil tras recibir un pase de Nahuel Bustos con Saturday fuera de sitio. 1-0.

El Cádiz CF se veía por debajo por primera vez desde que comenzó su participación en la presente edición de la Copa del Rey. Le tocaba remontar con los suplentes, sin llegar a dar la sensación de poder marcar.

Los de casa se crecieron y no sentenciaron de milagro cuatro minutos más tarde en una contra de manual que Fali abortó tras el pase en bandeja de Nahuel Bustos.

Se le hizo muy larga la segunda mitad a un equipo amarillo que acabó de rendirse en el 57, cuando recibió el tanto de la sentencia, de nuevo obra de Valery. Samu Saiz se escapó de un pasivo Pombo, centró al interior del área, Nahuel Bustos dejó pasar el cuero y Valery fusiló a placer delante de la portería para poner el 2-0.

Cervera reaccionó con tres cambios de una tacada con la entrada de Álex Fernández, Iván Alejo y Filip Malbasic en busca de una hazaña imposible.

Los gaditanos se volcaron obligados por las circunstancias pero sin ningún convencimiento. Pero lo peor fue la marcha da Akapo por lesión. Tuvo que salir en camilla el lateral a lágrima viva, dolorido y consciente de no tenía nada bueno en su rodilla derecha.

Iza Carcelén ocupó el sitio de su compañero y Alberto Perea fue la última carta en ataque desde el banquillo. De nada sirvieron los cambios. Un derechazo lejano de Iván Alejo que llevó el balón a las manos del arquero y poco más.

David Gil evitó que la derrota fuese más abultada, aunque en el 92 el árbitro anuló un gol a Malbasic pior un fuera de juego más que dudoso. Y en el 94, Iván Alejo reclamó penalti tras caer dentro del área por un presunto derribo. No había VAR en el partido de Copa.

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