Da la sensación de que Vicente Mir tiene algo pendiente con el Cádiz. Si después del partido de ida se encargó de ir calentando la vuelta afirmando que iba a ser difícil que los amarillos salieran vivos del Rico Pérez, ayer no trató de suavizar su mensaje. Todo lo contrario porque sus palabras, en el transcurso de la rueda de prensa previa al choque del domingo, no tienen desperdicio.

"Metieron el gol y parecía que habían ganado la final y que ya subían. El domingo estaban contentos, pero ahora en Cádiz están un poco más cagados. Pregúntales ahora, a ver cómo están", le indicaba a un compañero de la prensa alicantina. El entrenador del Hércules encajó muy mal la derrota en Carranza, de ahí a que no cese en usar todas las armas a su alcance para desestabilizar.

De lo que espera del partido, indicó que "lo primero será no encajar gol y luego que los jugadores sean más agresivos en ataque". Todo ello en un contexto deseado a principio de Liga. "Nos lo jugamos todo en un partido pero es la gran final de la que hemos estado hablando toda la temporada. Lo primero es no encajar gol, aunque eso no significa que no tengamos que atacar para buscar gol. Recibir un tanto sería duro pero tenemos que tener los pies en el suelo, ir a hacer dos goles y si pueden ser tres, mejor", apostillaba.

La fe que tiene en sus jugadores y en el equipo es máxima a pesar de la desventaja con la que iniciará el choque, lo que le lleva a decir que el Hércules "siempre ha ganado cuando ha necesitado ganar y en este caso lo tenemos todo para ganar". "El resultado de la ida no fue del todo bueno, pero tampoco del todo malo. Si el equipo es capaz de estar bien vamos a dar una alegría a la gente", sentenciaba un Vicente Mir que, debido a sus polémicas declaraciones, se ha convertido en protagonista de la segunda mitad de la eliminatoria por el ascenso a Segunda A.