Cádiz CF

La previa del Trofeo: Cádiz CF - Atlético

  • El equipo amarillo se reencuentra con su torneo, después de un año de ausencia, con la ilusión de plantar cara al campeón de Liga a pesar de las carencias que deja su pretemporada

Álvaro Negredo aprieta el puño izquierdo en un gesto desafiante en el corazón del estadio.

Álvaro Negredo aprieta el puño izquierdo en un gesto desafiante en el corazón del estadio. / CÁDIZ CF

Después de un 2020 en blanco por diversas circunstancia aunque todas ellas marcadas por una pandemia que entonces castigaba con dureza, el Trofeo Ramón de Carranza -la edición del año pasado- regresa este miércoles al calendario veraniego de los clásicos con mayor historia. El torneo, que en esta ocasión será a partido único entre conjuntos masculinos, cruza al anfitrión Cádiz CF con el Atlético de Madrid (20:00 horas, Gol TV), conjunto que se presenta en la Tacita como vigente campeón de Liga. Buenos alicientes en el césped para que los espectadores, la otra gran novedad de la cita, puedan disfrutar de su equipo aunque sea, a priori, en una condiciones muy desiguales.

La preparación de la pretemporada del Cádiz CF tiene un punto y aparte cuando llega el conocido como Trofeo de los trofeos. El Carranza es diferente a todos por la resistencia que sigue mostrando ante el nuevo fútbol y la saturación de partidos en la pequeña pantalla. Cierto es que han existido ediciones de un nivel bajo por los equipos invitados y la experiencia, poco convincente por el momento, del formato femenino de hace dos años.

Pero el Cádiz CF y su Trofeo, el Ramón de Carranza, están de vuelta y lo hacen con todos los honores a su nombre y su historia desde 1955; ese recorrido de grandes equipos y futbolistas que cada verano brillaron en este rincón del sur. Un brillo que hoy en día se antoja complejo, de ahí a que tenga mucho mérito que Manuel Vizcaíno fuera capaz de convencer el año pasado a un Atlético que llega finalmente como campeón de Liga.

Una cita dura para un Cádiz CF que está lejos, muy lejos, de lo que se exige para permanecer en la élite. A Álvaro Cervera le queda mucho trabajo por hacer, esperar más jugadores, concretar otras salidas y conseguir que las 'piezas' que se han ido incorporando más tarde a la pretemporada -fichajes, lesionados o Covid- vayan tomando el pulso a ese equipo, ya saben, en el que 'la lucha no se negocia'.

Los de Cervera esperan mejorar ciertos aspectos básicos ante el conjunto de Simeone

La realidad es que va a ser difícil negociar un buen partido con un resultado agradable después de las sensaciones del periodo de preparación, sobre todo el 'stage' en Marbella y las tres derrotas en la Costa del Sol contra la UD Las Palmas, Espanyol y Almería. Con el Atlético enfrente -a pesar de sus numerosas bajas-, el técnico del Cádiz CF entiende que no es un buen día para recuperar todas las sensaciones perdidas al acabar la pasada campaña.

Como si se tratara de una carrera de fondo, Cervera sabe que debe ir paso a paso -partido a partido que dice su homónimo esta noche en el otro banquillo- para ir cambiando la mascara tan fea e inadecuada que luce su equipo. Es cuestión de mejorar en lo físico, de reafirmar conceptos que a los nuevos les cuestan más y de reencontrarse con la versión de aquellos que vienen a mejorar el nivel y los que repiten y la campaña pasada lo hicieron de '10'.

No tiene claro Cervera por dónde va a tirar porque depende mucho de los datos, las impresiones y las recomendaciones de los expertos en materia física. A esta altura de pretemporada hay una capacidad limitada y el depósito de cada futbolista es diferente. Todo apunta a que el preparador pondrá un once inicial en el que mezclará la 'vieja guardia' con algunos refuerzos y posiblemente algún canterano por aquello de premiar a los más jóvenes que tanto están sumando en el periodo estival.

Dejando al margen la alineación, el deseo es un Cádiz CF más reconocible que el de los 'bolos' de Marbella, con su ADN más presente y que venda cara una derrota si es que la lógica es la que manda en el coliseo cadista. La verdad es que no habría premio más bonito para esos 4.500, que después de algo más de 17 meses pondrán color y ruido a la grada, que ver un triunfo del equipo de sus amores, del que llevan separado ya demasiado tiempo.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios