El Cádiz está en manos de un hombre de palabra que predica con el buen ejemplo de los hechos. Quique Pina dijo durante su presentación oficial como nuevo gestor deportivo del club amarillo que potenciaría el equipo en el mercado de invierno, fueran como fueran las cosas en la tabla de clasificación a estas alturas de competición, y ha reforzado las líneas que más cojeaban en la plantilla de Jose González. Dicho... y hecho.

El primero en pasar por la sala de prensa del estadio Carranza fue el mediapunta José María Cases, que recaló en el Cádiz procedente del Orihuela. Tomó su relevo el medio ofensivo Richard Boateng, que desde el filial del Granada, que milita en la Primera Andaluza, dará un gran salto para vestir de amarillo en cuanto Jose González lo estime oportuno. Y el último en llegar a la Tacita de Plata ha sido Juan Francisco Aranda (Montemolín, Badajoz, 1988), que defenderá la camiseta del primer equipo del Cádiz ocupando una ficha del filial hasta final de temporada y sin ninguna cláusula de renovación en su contrato.

Al nuevo lateral derecho del Cádiz le flanquearon ayer durante su presentación el consejero Manuel Calderón y Richard Moar. El gallego, que ha salido de la sombra en las últimas horas para ejercer de responsable de la parcela deportiva ante los medios de comunicación, daba por cerrada la puerta del club horas antes de que expirara el plazo de fichajes en el mercado invernal. "Ya está todo cerrado, las entradas y las salidas. El lateral derecho era un puesto que estaba mal cubierto y estamos muy contentos con el fichaje de Aranda. Teníamos muy buenos informes sobre él y creo que hemos vuelto a acertar con su contratación. Nos centramos en la segunda vuelta y ahora todos confiamos en conseguir lo mejor", resumió Richard Moar sin querer pronunciar la palabra más pronunciada en las esquinas gaditanas: ascenso.

El protagonista del día era Aranda, que antes de ser presentado ya se ejercitaba por primera vez junto a sus nuevos compañeros en el estadio Ramón de Carranza. El extremeño no tardaba en decir sus primeras palabras como jugador del Cádiz. "No sabíamos qué iba a pasar tras unos días bastante ajetreados en Lepe y todo esto ha sido de repente. No me esperaba salir del San Roque porque pensábamos que todo se iba a solucionar, pero finalmente no ha habido solución y aquí estoy. Venir al Cádiz es un gran paso a nivel futbolístico y personal", adelantaba.

"Mis características más llamativas son la agresividad en la marca al rival y subir la banda, pero lo primero es adaptarse; algo que estoy seguro que voy a hacer rápido", añadía. Pensando en ese periodo de adaptación, Aranda despejaba los problemas al ver mucha similitud entre el juego del San Roque de Lepe de Tevenet y el del Cádiz de Jose González, su nuevo técnico. "La salida de balón desde atrás es parecida a la que veníamos haciendo", explicaba.

Aranda, que lucirá el dorsal número 29, llega con ambición. Y avisaba a navegantes: "No asumo la suplencia, vengo a trabajar y luego el míster decidirá quién juega. Si lo hago yo, lo daré todo. Y si lo sigue haciendo De Coz, seré el primero en animarle. Hay equipo para hacer algo importante y el Cádiz, por todo, es el mayor candidato a acabar primero. El grupo cuarto parece bastante competitivo, hay equipos que parecía que no iban a estar ahí arriba, como la Balona, y que se están manteniendo", concluía pensando ya como un jugador más de la plantilla de Jose González

Richard Moar tenía ganas de hablar. Y los periodistas también querían escucharle. Atrás quedaba el mercado de invierno de fichajes y el gallego analizaba un poco todo lo ocurrido. Lo primero era resaltar la labor de Quique Pina al frente del club. "No tengo edad para embarcarme en aventuras. Sabía que este era un proyecto muy serio y entiendo que queda demostrado con la contratación de los últimos refuerzos", argumentaba Moar.

"Ha habido interés de otros clubes en jugadores nuestros", confesaba muy orgulloso. "Es algo normal y habitual, pero me ha gustado que contactaran directamente con nosotros, sin puentear. Se han interesado por Ikechi , sobre todo el Elche, y también por Toti. Pero nosotros somos un equipo comprador, no uno vendedor ", explicaba.

Richard Moar sueña con un estadio Ramón de Carranza a rebosar. "La afición nos debe seguir apoyando. Y ojalá cada vez seamos más porque hacen falta unos cuartos...", decía sin esconder las necesidades económicas del club más allá de la mano de Quique Pina. "Tenemos un gran entrenador y una plantilla muy completa que no se asustará ante las posibles dificultades. Hemos hecho hasta ahora lo más difícil, que la afición se sintiera involucrada con el equipo. Y ahora queda lo más duro: el tramo final de Liga", concluía.