A día de hoy Quique Pina es el gestor deportivo del Cádiz, pero esa situación tiene fecha de caducidad, para bien o para mal. El murciano es responsable de la parcela deportiva del club hasta el 30 de junio pero hoy, en un día duro para el club y su afición, ha anunciado su intención de seguir adelante con su proyecto siendo, además, propietario de las acciones de la entidad.

Pero, con un Cádiz de nuevo en Segunda B y en plena crisis, Pina no está dispuesto a realizar desembolso alguno para iniciar un proyecto deportivo y por ello habla de "otras fórmulas" para poder hacerse con las acciones y el control total de la entidad. En este contexto, la fórmula de la cesión de las acciones cobra fuerza, aunque "el primer paso lo tienen que dar los accionistas" para decidir quién se hará cargo de la gestión deportiva y económica del club a partir de la próxima temporada.

El actual presidente del Granada es claro al respecto. "Independientemente de los proyectos que lleve, me gustaría que el Cádiz fuera uno de ellos. No me conformo con llevar la gestión deportiva, este año se hizo de forma urgente y me gustaría que los accionistas tomaran la decisión de si toma las riendas del proyecto otra persona", explica.

Aunque este cambio de manos "no tiene que ser a bae de dinero" y "hay otras fórmulas" para que se lleve a cabo. "Las acciones se pueden entregar a otra persona que esté dispuesta a hacer un esfuerzo en la gestión deportiva, porque este club lo que necesita en este momento es gestión deportiva, financiera y económica. Yo no tengo la culpa de que el club esté así, tampoco le echo la culpa a nadie pero si la gestión deportiva es mala se lleva a una gestión económica mala", aclara.

Pina insiste en "darle a la afición del Cádiz lo que se merece" y espera que haya "diálogo" para solucionar los problemas de los pagos pendientes del Ayuntamiento y empezar a planificar la nueva temporada con él y su equipo como máximos responsables ya a todos los niveles. Eso, claro, si los accionistas dan el primer paso. La pelota está ahora en el tejado de Muñoz y compañía.