Tanto remar para morir en la orilla. Es una frase hecha, un tópico, pero que resume a la perfección lo sucedido esta noche en el Ramón de Carranza. Porque el Cádiz, puede que el mejor Cádiz de la temporada al menos en los noventa minutos reglamentarios, consiguió la hombrada de levantar el injusto 3-1 de la ida en Lugo, atenazó a los de Setién y les metió el miedo en el cuerpo hasta llegar a la prórroga. Pero los cadistas acusaron la fatiga y no pudieron rematar la faena antes de la tanda de penaltis. Ahí, la suerte fue esquiva con los cadistas y, después de todo lo luchado, al Cádiz se le escapó el ascenso desde esos malditos once metros.

Un Cádiz desatado. Era lo que Carranza necesitaba y lo que el Carranza tuvo en los primeros minutos del partido. El conjunto amarillo sabía que necesitaba al menos dos goles para seguir soñando con el ascenso y se lanzó con todo a por ellos. Era otro Cádiz, el Cádiz que todos queríamos ver. Un equipo que toca, que templa, que se mueve, que le echa todo lo que hay que echarle. Ese es el Cádiz que vimos en los primeros minutos del partido. Los de Jose dominaban y el Lugo salió acongojado ante un equipo que le mordía en el césped y una grada volcada con los suyos. Y en el 13 todo Cádiz creyó en el milagro cuando Ferreiro aprovechó un centro de Góngora que rozó Ikechi para poner el 1-0. El ascenso estaba a solo un gol de distancia.

El 1-0 dio alas a los amarillos y ofrecieron su mejor versión de la temporada. El 2-0 se mascaba pero el Cádiz es el Cádiz y no puede hacer nada fácil. Así que, en un par de jugadas, devolvió al Lugo toda la vida que le había arrebatado con el gol de Ferreiro. Yuste falló un pase que ni en el patio del colegio e Isma López se bastó para colarse entre la defensa y asistir a Monti para que estableciera el empate. El jarro de agua fría fue tremendo y Belencoso a punto estuvo de sentenciar acto seguido con un disparo seco que salvó Aulestia. Poco a poco los de Jose González fueron rehaciéndose y en el 45, con el tiempo cumplido, Góngora se coló en el área y fue derribado en falta. Óscar Pérez, el especialista, tiró sin confianza y falló el penalti, sin tiempo para más. Otro soplo de aire para un Lugo con mayor botín del merecido sobre el césped.

El palo del gol encajado y el penalti marrado fue grande, pero bastaron treinta segundos para cambiar radicalmente el abatimiento de los cadistas. En la primera llegada tras el descanso, Ferreiro colgó un balón, Juanjo tocó de cabeza y Dioni la empujó lo justo para poner el 2-1. El rugido del sí se puede volvió a Carranza, quedaban 44 minutos y medio para igualar la eliminatoria. Con el ánimo restablecido tras el gol de Dioni, el Cádiz volvió a lanzarse con todo a por el tercer gol. Lo rondó, lo rondó... y la igualada llegó, ya en el 63, gracias a un remate de Juanjo a puerta vacía aprovechando un centro de Óscar Pérez. Era la locura, la justicia del fútbol. El Cádiz había igualado la eliminatoria que Hernández Cifuentes se empeñó en desequilibrar en Lugo.

Los minutos finales fueron de infarto. Ocasiones para los amarillos y más claras aún para el Lugo, que tuvo la sentencia primero con un trallazo al larguero de Monti y posteriormente en botas de un desafortunado Berodia, que mandó a las nubes un gol cantado a puerta vacía ya casi en el descuento. Con el cansancio y el miedo haciendo mella en ambos equipos, se llegó al final del tiempo reglamentario. Los de Jose González se habían vaciado y los cambios, lejos de mejorar la situación, solo sirvieron para añadir desconcierto al guión del partido. Lo de Akinsola y Cases, un no quiero y un no puedo, es para hacérselo mirar. La indolencia del nigeriano y la incapacidad del alicantino, con lo que estaba en juego, crispaba hasta a sus propios compañeros y algunos desde el banquillo local recriminaron la actitud de Akinsola sin tapujos.

La prórroga fue una losa para los cadistas, exhaustos después del esfuerzo realizado durante los noventa minutos. De Coz, lesionado, aguantó como un jabato pero no podía evitar caer rendido a cada momento, como muchos de sus compañeros. Fueron momentos de mucha tensión y de muy poco fútbol y con solo una ocasión clara, clarísima, para el Lugo. Berodia aprovechó un resbalón de Baquero para plantarse ante Aulestia pero la mandó fuera con todo a favor. Parecía que la suerte estaba del lado del Cádiz, que ya se conformaba con los penaltis y con que no se rompiera nadie más.

Se acabó el tiempo reglamentario y llegaron los penaltis. El trabajo de un año en diez lanzamientos desde los once metros. La tanda comenzó bien para el Cádiz, con los aciertos de Ferreiro y Góngora. Pita convirtió el suyo y Aulestia paró el lanzamiento de Belforti. Pero le llegó el turno a Akinsola y el nigeriano lanzó casi sin ganas, con la misma indolencia que había mostrado en el terreno de juego, y la mandó fuera. Luismi hizo el 2-2 y Cases, sin temple alguno, la mandó suavita para convertir en héroe a Escalona. Aulestia paró el tiro de Berodia pero Yuste, el héroe de la tanda ante el Albacete, mandó su lanzamiento al palo. El balón tocó en la madera y se escapó hacia el otro lado, cruzando la portería, casi riéndose de las 15.000 almas que veían como el ascenso se escapaba. Manu tuvo la frialdad necesaria para convertir el definitivo 2-3 y dar a los suyos el ascenso. Ese ascenso que al Cádiz se le fue desde los malditos once metros.

El fútbol había sido cruel, muy cruel. El Cádiz igualó a la heróica una eliminatoria que tenía perdida, aguantó una prórroga terrible con medio equipo bajo mínimos y en los penaltis, los malditos penaltis, el sueño se esfumó. Tanto remar, tanto remar... para quedarnos a once metros de la orilla. Estas cosas tiene el fútbol.

Ficha técnica:

Cádiz CF: Aulestia, De Coz, Baquero, Murillo, Góngora, Héctor Yuste, Óscar Pérez (Moke, 76'), Ferreiro, Ikechi, Dioni (Cases, 76') y Juanjo (Akinsola, 76').

CD Lugo: Escalona, Aitor, Belfortti, Garrido, Manu, Pita, Monti (Zarandona, 96'), Rubén García, Quero (Luismi, 76'), Ismael López (Berodia, 85') y Belencoso.

Goles: 1-0 Ferreiro (13') 1-1 Monti (28') 2-1 Dioni (46') 3-1 Juanjo (63')

Tanda de penaltis: Ferreiro (Gol, 1-0), Pita (Gol, 1-1), Góngora (Gol, 2-1), Belfortti (Para Aulestia, 2-1), Akinsola (Fuera, 2-1), Luismi (Gol, 2-2), Cases (Para Escalona, 2-2), Berodia (Para Aulestia, 2-2), Yuste (Al palo, 2-2), Manu (Gol, 2-3)

Árbitro: Hermosilla Alaña, del colegio riojano. Amarilla a Murillo por los locales y a Pita por los visitantes.

Incidencias: Partido disputado en el estadio Ramón de Carranza ante 14.436 espectadores.