El partido entre el Cádiz CF y el Celta de Vigo programado para el domingo en el estadio Carranza se disputa en una fecha especial de carácter casi festivo en el planeta cadista. El 18 de abril se cumplen cinco años de la llegada de Álvaro Cervera al banquillo del conjunto amarillo.

El 18 de abril de 2016 empezó a cambiar la historia reciente del club. Entonces era imposible ni siquiera intuirlo. Cervera se hizo cargo de un equipo que no paraba de devorar entrenadores en sus infructuosas tentativas de salir del pozo de la Segunda División B. Él cambio la tendencia.

El técnico que aterrizó de emergencia como relevo de Claudio Barragán aceptó el reto en un contexto complejo, con una plantilla que despertaba no pocas dudas sobre su capacidad para dar el salto a la categoría de plata. Pero a la vez era una oportunidad para relanzar su carrera como entrenador.

No tardó en aparecer su nombre en las páginas más gloriosas de la historia del club. En un par de meses libró al equipo de las garras de la división de bronce después de seis largos años de travesía en el desierto.

El recorrido es de sobra conocido durante un lustro de crecimiento mutuo. El equipo ha ido hacia arriba de su mano y en el Cádiz CF ha encontrado una estabilidad fuera de lo común en una de las profesiones más inestables. Los resultados están a la vista, con dos ascensos que avalan su trayectoria.

Cervera llega a los cinco años en su mejor momento, a un pequeño paso de cumplir un nuevo desafío, el de la permanencia en la élite del fútbol español. Un éxito para un modesto conjunto que rompe pronósticos. Un éxito para el técnico en su prueba de fuego en Primera, fiel a un estilo de juego que funciona: el sistema defensivo es el eje sobre el que se apoya y se traduce en ascensos y 35 puntos en la máxima categoría.

Después de sacar al Cádiz CF de Segunda B y guiarlo hasta La Liga de las estrellas, el técnico afrontaba la misión, aún más difícil, de sostener al club en el selecto grupo de los 20. Le queda muy poco para conseguirlo y confirmarse como un entrenador de Primera después de aquella etapa a toda prisa en el Racing de Santander en la recta final de la campaña 2011/12.

El técnico pulveriza récords en el Cádiz CF con registros algunos de los cuales aún pueden aumentar. El que más partidos oficiales atesora (226), el que más victorias acumula (90), el que encadena más temporadas seguidas en el banquillo (recorre la sexta), el que más ascensos consigue (dos junto a Dragoljub Milosevic)…

Cervera acredita cifras en el Cádiz CF que le sitúan en los altares de la historia de la entidad. Está considerado por muchos como el mejor entrenador que ha pasado por el club. Sus números están ahí.

Cervera está a un paso de cerrar el círculo. Tomó al equipo en Segunda B y lo mantiene en Primera salvo hecatombe. Pero aún tiene más retos por delante. El siguiente, una vez quede confirmada la salvación, es contribuir a la consolidación del Cádiz CF en la élite y por qué no pensar en ser el técnico de la mejor temporada en Primera del equipo amarillo.

El objetivo del conjunto gaditano, una vez que ha llegado, es quedarse mucho tiempo en Primera, y Cervera desempeña un papel importante en su función como entrenador. El objetivo no es fácil, pero nada es imposible como ha quedado demostrado en los últimos cinco años.

Le quedan tres años más de contrato. Cervera ha encontrado la felicidad en el Cádiz CF y el Cádiz CF ha encontrado la felicidad con Cervera. Un matrimonio de larga duración de los que no se suelen dar en el fútbol.