Cádiz CF

Cala, ni una señal de racismo durante su carrera

  • El futbolista ha jugado en España, Grecia, Inglaterra y China y jamás ha tenido un problema con compañeros por el color de la piel

Cala, tercera por la derecha, en un acto solidario.

Cala, tercera por la derecha, en un acto solidario. / Alma CD

Es fácil acusar al alguien de algo por las buenas. Y más hoy en día. Vende mucho pisotear a una presa fácil y trocearla para consumo general. Sale gratis. Los que pretenden abanderar la transmisión valores no tienen reparos en intentar cargarse la imagen pública de una persona sin pruebas sólo para anotarse un tanto.

Acusar a Juan Cala, jugador del Cádiz CF, de racista es lo que parece que toca ahora por un incidente dentro del terreno de juego del que sólo se conoce la versión de una parte, la del jugador del Valencia, y que queda entre las dos personas protagonistas del altercado durante el partido disputado en el estadio Carranza el domingo 4 de abril. Nadie más escuchó nada de la conversación entre Cala y Diakhaby. 

La trayectoria durante años parece que no cuenta para quienes quieren linchar a Cala. Sólo vale un momento puntual aún no aclarado del todo. Futbolista con miles de kilómetros recorridos, además de equipos españoles ha jugado en Grecia (AEK de Atenas), la Liga inglesa (Cardiff) y China (Jianye). En más de una década nunca ha tenido un problema del que ahora se le acusa.

Cala ha coincidido a lo largo de su extensa carrera con jugadores de muchas nacionalidades. Ha tenido compañeros de raza negra en prácticamente todos los equipos en los que ha militado y no son pocos con los que mantiene una buena amistad.

Jamás ha sido partícipe de un acto de racismo el jugador lebrijano. Un hombre extrovertido, con capacidad para relacionarse con los demás. Como todo futbolista se le ha podido calentar la boca durante un partido en momentos de máxima tensión. Eso no significa que le haya dicho "negro de mierda" a Diakhaby porque no está demostrado. Si se demuestra, entonces que pague las consecuencias. No puede ser de otra manera. Mientras, máximo respeto a todos y que prevalezca la presunción de inocencia.

Si Cala fuese racista, no tomaría parte en iniciativas solidarias para ayudar a gente que no es de piel blanca que habita en lugares más allá de las fronteras españolas. Alma Club Deportivo, del que es propietario en Lebrija, ha participado en acciones de ayuda al pueblo saharaui. Iniciativa suya, la de una persona sensible con el sufrimiento de los demás.

No se trata de limpiar su imagen sino de reflejar que Cala es una persona normal, no es un monstruo que anda suelto por más que algunos medios nacionales y políticos se empeñen en presentarle como tal.

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