Cádiz CF

Cádiz CF: La importancia de volver a competir

Alarcón salta con Savage para ganar un balón en la zona ancha.

Alarcón salta con Savage para ganar un balón en la zona ancha. / Jesús Marín

Partiendo de la base de que se trataba de un encuentro amistoso, el Cádiz CF que en la noche del miércoles se reencontró con su afición dejó para la galería otros argumentos que ahora mismo no dan victorias ni puntos, pero llenan las alforjas de esperanza para pensar de que las cosas se pueden hacer de otra manera. A pesar de que el Manchester United era un rival descafeinado por la cantidad de mundialista en la cita de Qatar, hay que tener presente que algunos reservas del equipo inglés son mejores que los profesionales cadistas.

Hay que poner de relieve el nivel competitivo del Cádiz CF, que salió a morder casi en la misma medida que le iba a morder un conjunto de la Premier League, esa competición en la que la lucha cuerpo a cuerpo forma parte de ADN. Hubo garra en los amarillos en ataque y defensa; hubo ganas y ritmo de máxima categoría -obligado ante uno de los grandes de Europa-; y hubo goles por las transiciones en las filas locales plagadas de rapidez y verticalidad.

Después de lo sucedido en la Copa del Rey frente al Real Unión (3-2) y en el amistoso disputado en Chapín contra el Xerez CD (0-0) -dos equipos de inferior categoría-, era obligado dar otra imagen porque un amistoso singular por el primer cara a cara de la historia de amarillos y rojos podía pasar de una bonita noche a una cita de reproches del respetable hacia el palco y el césped.

El Cádiz CF quiso desde el minuto 1, pero lo más importante es que quiso y pudo al tener la capacidad de anular en el centro del campo al Manchester United y desbordar por banda para que cada internada de Iván Alejo y Brian Ocampo llevaran el peligro grabado a fuego. Otra cuestión es que el equipo de Erik Ten Hag no se esperara al penúltimo clasificado con ese nivel de juego. La cuestión era competir por encima de otros argumentos porque ese logro podía traer de la mano lo que finalmente trajo: un partido serio y cuatro goles.

Si el equipo inglés estaba lleno de suplentes y futbolistas del equipo reserva, hay que tener presente que Sergio González recurrió a la pareja de centrales del filial, Lau y Carlos García, que para nada desentonaron. Es más, el segundo de ellos se destapó con un testarazo que abrió la cuenta ante la atónita mirada de Negredo, que esperaba ese centro de Álex Fernández justo detrás del canterano. Tampoco hay que tirar las campanas al vuelo con las promesas, pero una vez más, aunque sea en dosis mínimas, se comprueba que un jugador del filial no desentona rodeado de profesionales que cobran 20 veces más su salario.

A pesar de que la Roma y el Wolverhampton esperan dentro de esta segunda pretemporada en mitad de campaña, Sergio González y sus pupilos deben tomar buena nota de las muchas cosas que hicieron bien el miércoles como camino para reforzar el concepto de bloque que compite. Es lo mínimo que se debe exigir para pelear la permanencia. Las demás peticiones apuntan a los despachos por la necesidad de reforzar el equipo. Sería llevarse al engaño no hacerlo por el 4-2 al United. La Liga es otra historia diferente y eso se volverá a palpar a partir del día 30, contra el Almería.

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