Cádiz CF

El Cádiz CF se va al parón con un ridículo en la Copa del Rey (3-2)

  • El equipo amarillo es eliminado por el modesto Real Unión de Irún, colista de Primera Federación

El once inicial del Cádiz que hizo el ridículo en Irún.

El once inicial del Cádiz que hizo el ridículo en Irún. / Cádiz CF

El Cádiz CF jugó con fuego y se quemó. Despreció la Copa del Rey y quedó apeado a las primeras de cambio a manos del Real Unió de Irún, un equipo que milita dos categoría por debajo y del que recibió nada menos que tres goles para caer 3-2.

El conjunto amarillo se creyó ganador cuando tuvo un gol de ventaja en dos ocasiones, pero se confió y pagó con creces su relajación, sobre todo en defensa. Dejó con vida a un rival que, crecido, marcó el tanto de la victoria en el minuto 93.

El Cádiz CF se va al parón con un ridículo que se añade a la penúltima posición en la Liga. No caben excusas. Perdió ante el colista del grupo 2 de Primera Federación (antes Segunda B). El último de la fila le hiso tres goles. Humillante. Vergonzosa derrota que no admite paños calientes. Menuda temporada está dando el equipo amarillo. Para hacer lo que hizo en Irún, lo más hubiese sido no inscribirse en la Copa. Menudo desastre. Naufragio absoluto y un sabor amargo hasta que vuelva a rodar el balón dentro de un mes y medio.

La alineación fue toda una declaración de intenciones. No parecía tomárselo muy en serio en equipo amarillo, aunque se suponía que, pese a las rotaciones, en apariencia era competitivo y algunos de los menos haituaales tenían una oportunidad para reivindicarse. Lautaro fue el único de los canteranos convocados que formó parte del once inicial ubicado en el centro de la defensa como uno más en el clásico 4-4-2.

Salieron muy enchufados los amarillos y la prueba fue la creación de tres oportunidades claras en los primeros ocho minutos fruto de un dominio aplastante acorde a la evidente diferencia entre un equipo y otro.

Esta vez el grande era un Cádiz CF que tocó el esférico con paciencia ante un adversario encerrado en su parcela a la espera de su momento. La pauta lógica aunque con intento de rebelión de los locales, que no tardaron en crecerse.

De buenas a primeras, un intercambio de golpes en apenas dos minutos propiciaron un par de goles casi sin respiro. En el 14, David Gil evitó el primer con una paradón tras disparo de Oyarzun. El despeje del portero provocó una contra vertiginosa gracias a un servicio en profundidad de Arzamendia a Lucas Pérez que el delantero, en el 15, culminó dentro del área con un remate cruzado con la zurda con el que firmó el 0-1.

La ventaja duró poco más que una carrera de cien metros lisos. En la siguiente acción, una pésima defensa visitante en el costado derecho facilitó la labor a Nacho Sánchez, que cerca de la portería fusiló a placer parta poner el empate a uno.

El 1-1 asentó a los irundarras, aplicados para proteger su área frente un Cádiz CF obligado a picar piedra para encontrar una grieta. En el 27, Negredo cabeceó alto tras un centro de Awer Mabil. En el 30, un tiro casi sin ángulo de Bongonda lo despejó el arquero a un saque de esquina del que brotó una oportunidad clarísima con una prolongación de Negredo de cabeza y un remate a bocajarro de Lautaro que no entró por poco.

Replicaron los de casa, dispuestos a plantar cara. En el 31, un flojo intento de Agirre no puso en dificultades a David Gil, que en el 35 sí tuvo que emplearse a fondo con una mano salvadora tras un misil de Oyarzun desde la frontal del área. Poco después fue Lucas Pérez quien apareció con un disparo con pocas fuerzas, sin problemas para Joel Jiménez.

Cuando un equipo baja la intensidad, por muy superior que sea, como en el caso de los gaditanos, permite que el oponente se agigante y vea posible dar la campanada. Los amarillos empezaron con energía pero se fueron diluyendo y funcionaron a base de arreones, con escasa clarividencia y abocados a apretar el acelerador en la segunda parte tras llegar al descanso con empate a uno.

Iván Alejo, ubicado en el lateral derecho, y Tomás Alarcón, en la media, fueron las novedades en la reanudación. El equipo necesitaba algo más para tratar de no complicarse la vida. Dio un paso más aunque le costó materializar su dominio en ocasiones. El balón entró en el área local una y otra vez pero sin culminación. Mabil disparó alto en el 54 en pleno asedio. Respondió Iván Pérez en el 57 de la misma manera, con un testarazo alto.

El asedio dio resultado en el minuto 59. Bongonda recibió un pase de Antonio Blanco, se internó dentro del área, llegó a línea de fondo, centró y el balón despejado en corto por el arquero lo cabeceó a placer Negredo para elevar el 1-2.

Los amarillos cumplieron el objetivo de volver a adelantarse en el marcador sin tener que apurar hasta los últimos instantes. El reto inmediato era que ese tanto fuese el principio del fin de la eliminatoria a favor de sus intereses. Eso suponía no recibir más goles e incluso aumentar la renta para afrontar con tranquilidad lo que quedaba.

Sergio González movió el banquillo tras el tanto con la apuesta por Mady Diarra y Álvaro Giménez, a un paso del gol en el 71 con un zurdazo taponado por Espigares. Los gaditanos se afanaron en administrar la renta pero con una distancia tan exigua podía suceder lo que terminó pasando.

Los locales no habían creado peligro en toda la segunda mitad hasta que en el 79 sacaron petróleo de una segunda jugada tras un saque de esquina. Centro al interior del área, nueva pasividad de la defensa (como en el primer gol) e Iván Pérez soltó un testarazo hacia abajo y el balón botó en el césped ante de entrar en la portería. 2-2.

Pasó lo que nunca debía haber pasado, con un escenario favorable a un conjunto local totalmente crecido y un Cádiz CF noqueado sin saber a qué atenerse después de tirar a la basura dos ventajas de un gol. Las prisas llegaron al final y tuvo alguna opción de volver a marcar, primero Brian Ocampo con un tiro lejano y después con un testarazo de Blanco, en ambos casos con paradas del guardameta.

La prórroga parecía inevitable hasta que un zambombazo lejanísimo de Nacho Sánchez inclinó la balanza hacia los anfitriones en el minuto 93 sin tiempo para más. Sorprendió a David Gil, que cuando reaccionó ya estaba el balón dentro de la portería.

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