Si buena parte de las posibilidades del Cádiz CF de ascender a Primera División pasa por mostrarse fuerte en casa, entonces las opciones se complica. La trayectoria del conjunto amarillo como local va a menos con absoluta claridad. Así lo reflejan los números, espejo de la realidad.

El Cádiz CF pasa de mostrarse intratable en el estadio Carranza en la primera parte de la temporada a regalar puntos a todo el que llega como visitante en los últimos tiempos.

La diferencia entre el pasado y el presente es abismal. El conjunto amarillo se embolsó 22 de los 24 puntos disputados en sus ocho primeros encuentros disputados en su terreno. Era un rival intocable que pasaba por encima de los demás. Doblegó a la Ponferradina, Extremadura, Girona, Huesca, Las Palmas, Sporting de Gijón y Lugo y cedió un empate ante el Deportivo de La Coruña.

Pero todo cambia de pronto. El factor Carranza se difumina con un equipo que se vuelve errático pese al masivo apoyo de una afición que asiste en directo al retroceso de un líder que si aún conserva el trono es porque vive de las rentas y sus perseguidores no acaban de encontrar el camino de la regularidad.

El Cádiz CF convierte sus partidos en casa en un auténtico suplicio. Una sola victoria en las últimas seis citas como anfitrión revela el actual estado del equipo de Álvaro Cervera cuando al salta al césped de su santuario.

El decaimiento es un hecho. Los amarillos sumaron sólo seis puntos de los últimos 18 arrastrados por un balance de un triunfo, tres empates y dos derrotas. La agonía que pasaron para batir al colista Racing de Santander con un tanto en el tiempo de prolongación resume la situación de un líder que se atasca.

El Cádiz CF se quedó con un punto ante el Elche y también frente al Real Zaragoza, y las tablas contra el Mirandés supieron a derrota tras marcar los burgaleses dos goles en el alargue en un partido que parecía resuelto. Doce puntos pierden los gaditanos en su campo en los últimos dos meses. Una herida aún más abierta tras la derrota ante el Málaga que puede poner en peligro no sólo el liderato, sino el reto del ascenso.

El extravío de la consistencia es aún más palpable a la hora de escrutar los goles recibidos por el Cádiz CF en Carranza. De los cuatro en contra en los ocho envites iniciales se pasó a nueve en los seis siguientes.