La historia de Caleta y Tavira, que desde final de año y hasta el próximo 4 de enero se proyecta sobre la fachada del Ayuntamiento de Cádiz, enciende la imaginación de niños y mayores pero, a su vez, deja a oscuras a la plaza de San Juan de Dios.

Y es que el vídeo mapping ideado para animar los días previos a la Cabalgata de Reyes Magos en el céntrico enclave gaditano no sólo se realiza con las luces de la plaza apagada en sus tres pases sino, y ahí reside la anomalía, las farolas tampoco se encienden entre función y función.  

Así, el espectáculo de imagen y sonido que tiene una duración de poco más de diez minutos apaga a San Juan de Dios desde las 19.00 horas y hasta pasadas las nueve y media de la noche, a excepción del alumbrado de Navidad que, efectivamente, sí permanece encendido entre visionado y visionado pero que no alcanza para dar luz a todo el perímetro de la zona que se queda más en penumbra en el área que más limita con el Muelle de Cádiz.

La historia de Caleta y Tavira

Con todo, durante los distintos pases del espectáculo, el público disfruta de una propuesta ideada no sólo para prender la ilusión de cara al día grande de los niños y niñas gaditanos, también para animarlos a descubrir el mayor viaje que pueden hacer en sus vidas, el que se esconde dentro de los libros.

Es más, la historia que plantea el vídeo mapping, la de los curiosos niños Caleta y Tavira, engancha con la temática de la Cabalgata de Reyes de este año, que está dedicada a los libros y la lectura.

De esta forma, Caleta y Tavira son dos chiquillos que se caracterizan por una imaginación desbordante y una curiosidad que siempre los lleva a preguntarse qué hay detrás de todo lo que los rodea. Sus juguetes y su propio hogar son acicates para sus miles de preguntas y para su ansia de descubrir los secretos del mundo pero hay uno que se le resiste...

¿Qué hará su madre tras la puerta de la habitación en la que cada tarde se encierra a solas...? Y aunque asomarse a la mirilla no está nada bien, la renombrada curiosidad de Caleta y Tavira los lleva a espiarla sin éxito hasta que un día su madre deja entornado el umbral del gran misterio...

Con un narrador con acento andaluz, alguna que otra palabra gaditana (los mismos nombres de los niños hacen referencia a dos enclaves de la ciudad) y, sobre todo, un hermoso y elegante montaje que juega con las posibilidades de la tecnología que se derrama por la fachada del Consistorio gaditano, la propuesta se desarrolla durante unos 12 minutos en los que el edificio se destruye y reconstruye, se disfraza, se lee y se dibuja.

El mecanismo de un gran reloj, el paseo del Campo del Sur, decoración navideña, el propio hogar de Caleta y Tavira... Las imágenes van transformando el lienzo del Ayuntamiento mientras decenas de niños y niñas contemplan cada día la magia que nos devuelve la tecnología y la mejor de las máquinas, la de sus cerebros que se encienden en contacto con las historias.

Eso sí, el mensaje final de este cuento, el que nos habla de las bondades de los libros, no sólo está destinado a los más pequeños de las casas. De hecho, como ha reflejado un reciente estudio de la Fundación SM, el 83,7% de los niños españoles de 6 a 9 años lee libros en su tiempo libre y de forma voluntaria. Así, somos nosotros, los mayores de todas las edades, los que tenemos que recordar que muchas de las más grandes aventuras de nuestras vidas nos están esperando en las páginas escritas. A gusto de todos, para todos los bolsillos, para todas las etapas de nuestro deambular por este bonito y finito mundo. Ellas son eternas.