La última Dolorosa en incorporarse con paso propio a la Semana Santa

Se cumplen dos décadas desde que la cofradía de Piedad lograra que la Virgen de las Lágrimas procesionara bajo palio

El palio de la Virgen de las Lágrimas, en su segunda salida procesional, del año 1998. / D.c.
P-M.D.

Cádiz, 17 de marzo 2017 - 02:11

En el año 1934, la cofradía de Piedad ya mostraba su interés en procesionar a la Virgen de las Lágrimas en paso propio, según reza en las actas de la corporación. Pero el estallido de la Guerra Civil impidió que el proyecto saliera a la luz. Tuvo que ser seis décadas después cuando en el seno de la hermandad del Martes Santo volviera a cobrar fuerza el deseo de que la Virgen de las Lágrimas -la nueva talla que hiciera Francisco Buiza en 1958- procesionara bajo palio. Y fue en el año 1997 cuando ese deseo se hizo al fin realidad.

Un par de años antes lo habían aprobado los hermanos en cabildo, y ese Martes Santo se pudo llevar a cabo. Fundamental fue en este proceso la consecución de los antiguos varales del palio de Mayor Dolor, de la cofradía de Buena Muerte. Con esos elementos en poder de Piedad, se confeccionaron unas bambalinas por parte de los propios hermanos y se encargaron los respiraderos al taller de orfebrería de Manuel de los Ríos. El resto del conjunto se completó con cesiones; la candelería mezclando piezas de los palios de la Merced y del Carmen, la iluminación en la trasera con los característicos faroles hexagonales de la cofradía de Borriquita.

La banda de música Enrique Galán, de Rota, fue la primera que acompañó a este paso de palio, a cuyo frente se puso Francisco Coto.

En años sucesivos se iría completando el palio, con orfebrería de Manuel de los Ríos, que realizó los peculiares faroles situados en la trasera del paso (los cuatro primeros en 2001 y los otros dos en 2002), y de Ramos Espinosa (que haría el llamativo juego de jarras que mezcla orfebrería y cerámica en el año 2003). Y en el año 2013 se daría un nuevo impulso al paso con el estreno de los paños bordados del respiradero frontal del paso, obra de Pedro Utrera.

Por delante tiene todavía este paso varios proyectos de calado, como la terminación del bordado de los respiraderos o el bordado de todo el palio (bambalinas y techo) o del manto. Proyectos que por ahora no tienen plazos para llevarse a cabo.

La salida de Lágrimas bajo palio provocó también ese año 1997 que hubiera que estrenar otra Dolorosa para 'cubrir' el 'hueco' que quedaba en el paso de misterio. Fue Luis González Rey quien talló esta nueva imagen de la Virgen, que quedó advocada de la Consolación, Madre de la Iglesia.

Con la salida de Lágrimas, además, vivió la ciudad su último episodio -hasta ahora- de una Dolorosa que se sumaba en paso propio a la Semana Santa. Siguen pendientes las incorporaciones de imágenes como la Reina de todos los Santos de La Cena, Concepción del Despojado o los Dolores de Descendimiento. Pero por ahora, y así lleva siendo desde hace dos décadas, es Lágrimas de Piedad la última Dolorosa en incorporarse con su paso a la Semana Santa gaditana.

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