Este solar puede salvar el proyecto del nuevo Hospital Regional de Cádiz

EL PASEANTE

El Ayuntamiento dispone de un terreno ya preparado para construir oficinas y comercios

La Junta mantiene su postura de no pagar por el solar para el centro médico mientras que Hacienda no acepta la cesión del mismo por parte de la Zona Franca

Historia del auge y caída del nuevo Hospital de Cádiz

Tras las vallas, el solar en la avenida de Astilleros propiedad del Ayuntamiento.
Tras las vallas, el solar en la avenida de Astilleros propiedad del Ayuntamiento. / Jesús Marín

La construcción del nuevo Hospital Regional de Cádiz se ha enquistado de una forma más que peligrosa.

Aunque es cierto que la ciudad, la Bahía y la propia provincia que se beneficiarán de este equipamiento sanitario llevan dos décadas esperando a que se haga realidad, se tenía una cierta esperanza en los últimos años de que por fin se podría activar de forma definitiva su desarrollo. Por una parte, porque el PP gobierna la Junta y en su campaña electoral sitúa a este proyecto como su gran promesa; por otra, porque el PSOE que gobierna el Estado (y la Zona Franca, dueña del suelo donde se debe construir el Hospital), no puede dejar pasar más años sin activar este plan, pues fueron ellos los que prometieron su construcción en 2004.

Sin embargo, en las últimas semanas las tres partes implicadas en esta operación: la Junta, porque se encarga de la gestión sanitaria; el Estado, porque es propietario del suelo previsto para el Hospital, y a última hora el Ayuntamiento, que se ha apuntado como intermediario de las dos primeras administraciones con el objetivo de hacerse con el terreno y cederlo a la Junta, se han metido de lleno en un enfrentamiento dialéctico especialmente agrio. Enfrentamiento que o bien acaba en una ruptura que nos lleve a otro parón de años o, por el contrario, haga recapacitar a unos y a otros y se encuentre la solución final, en positivo.

Más allá de la propuesta del gobierno municipal en el próximo pleno, instando al Ministerio de Hacienda a que venda o ceda el suelo de Zona Franca, hay dos cuestiones muy claras para poder solventar de una vez por todas este proyecto.

Que la Junta pague, o que Hacienda ceda el suelo

Por una parte, la Junta de Andalucía tiene en sus manos la solución más rápida: comprar ellos el terreno (12 millones de euros lo valora el Consorcio) y unir este presupuesto a los 500 que ya anuncian que puede costar el hospital, por lo que es una cuantía extra mínima a añadir.

Más allá de la norma de la administración regional (con el PP, ahora, y con el PSOE, antes) de exigir suelo gratis para sus equipamientos, el gobierno de Juanma Moreno debería de tener dos consideraciones especiales con Cádiz. Una es la especial característica urbana de la ciudad, que impide al Ayuntamiento contar con terrenos de sobra para vender y, así, financiar la compra de este suelo. Además, todo suelo público que se tenga (más allá de este) tiene una prioridad en la capital: la construcción de vivienda pública. De esta forma, no se le puede tratar a Cádiz igual que a otras capitales y grandes localidades de la región, con metros cuadrados de sobre. Otra, los millones que la Junta se está embolsando con operaciones inmobiliarias en el propio Cádiz: la venta de Tiempo Libre, la venta de Loreto-Puntales y ya se anuncia la venta de la Escuela de Náutica y del antiguo edificio de Valdeíñigo. Todo con un ingreso muy superior a los 12 millones que le costaría el suelo de la Zona Franca.

Hay incluso voces dentro del Partido Popular en Cádiz tienen claro que lo normal sería que la Junta aportase estos 12 millones de euros.

Por otra, está el Ministerio de Hacienda, a cuyo frente esta María Jesús Montero, líder también de los socialistas andaluces. Aunque está claro que la Zona Franca no puede desprenderse de su patrimonio tal fácilmente, siempre hay un camino administrativo que permita la cesión de este suelo. O ya puestos, la rebaja de su precio para hacerlo más asequible. Aquí se puede utilizar el mismo argumento que con la Junta, en cuento a las necesidades de una ciudad de apenas 12 kilómetros cuadrados, con una crisis económica eterna y con el riesgo de bajar de los 100.000 habitantes.

Mientras que uno y otro no sepan ceder en sus posiciones, hay que buscar terrenos que sirvan para este intercambio que viene proponiendo desde hace semanas el gobierno de Bruno García.

Solar de Zona Franca para el nuevo hsopital.
Solar de Zona Franca para el nuevo hsopital. / Julio González

Zona Franca ya ha dicho que no a recibir una porción de su parcela destinada a Hospital, y tampoco le ha gustado la alternativa del terreno del antiguo colegio de Adolfo de Castro.

Es cierto que el Ayuntamiento tiene poco suelo para incluirlo en un hipotético acuerdo con la Zona Franca. Pero en el listado, corto, que hasta ahora se ha puesto sobre la mesa se ha quedado fuera un terreno que por su superficie pero, sobre todo, por su ubicación y por el uso que ya prevé el Plan de Ordenación Urbana, puede ser el apropiado para un acuerdo entre las dos administraciones, completándolo con uno de los últimos terrenos municipales en Puntales.

Un suelo alternativo

Es el solar de la avenida de Astilleros que, tras el convenio Plaza de Sevilla, quedaba en manos del Ayuntamiento. Allí donde un día se iba a construir la sede de la Comisaría de la Policía Nacional, donde después se planteaban oficinas, comercios, una residencia de estudiantes, otra de mayores e incluso un aparcamiento en superficie.

El terreno tiene cerca de 4.000 metros cuadrados de superficie, menos que el del colegio Adolfo de Castro, pero aquí no habría que modificar el PGOU, pues la Zona Franca podría utilizarlo de forma inmediata para oficinas y pequeñas empresas, o para uso comercial, con una capacidad de generar ingresos muy alta.

Es cierto que la propuesta municipal de Adolfo de Castro tiene para el Ayuntamiento un valor extra. Se ubica junto a la parcela del hospital por lo que es más fácil a la hora de volcar en ella los aprovechamientos de toda esta unidad, propiciando la posibilidad de construir varios cientos de viviendas. Si embargo, este aprovechamiento también se podría trasladar a la avenida de Astilleros, porque la cercanía no marca esta norma urbanística: ya pasó con el plan inicial del Hospital, conectando el suelo de Puntales con el del Hospital Puerta del Mar en Ana de Viya, o más recientemente los terrenos para vivienda pública de Loreto con el solar del chalé de San Luis.

Además, el Ayuntamiento siempre podrá modificar el suelo del Adolfo de Castro para hacer vivienda pública.

El futuro de la Aduana Nueva

En todo caso, para el Ayuntamiento de Cádiz el objetivo actual de su solar en la avenida de Astilleros, que no significa que se pueda cambiar, es otro muy diferente. Y, ciertamente, también importante para el desarrollo urbanístico de la ciudad.

Aunque el convenio con Adif para el Plan Plaza de Sevilla ya se aprobó hace años, tras modificarse el original de 2008, el Ayuntamiento aún no ha terminado el proceso de reparcelación de este solar.

Este trámite administrativo agota ya años y años de elaboración. Enquistado primero en el propio Ayuntamiento de la ciudad, cuando al fin se le ha dado vía libre, ahora está en un proceso de alegaciones. Solo cuando este concluya sin problemas, el gobierno municipal podrá iniciar el proceso para su urbanización.

En la izquierda de la imagen, el edificio de la Aduana Nueva.
En la izquierda de la imagen, el edificio de la Aduana Nueva. / Lourdes de Vicente

Inicialmente el plan es que la venta de este terreno, total o parcialmente, permita obtener recursos para acometer uno de los proyectos más complicados del Plan Plaza de Sevilla: el derribo del edificio de la Aduana Nueva.

La polémica historia de este edificio ya es conocida: protegido por la Junta del PSOE en su batalla contra el Ayuntamiento de Teófila Martínez, lo que quebró el cumplimiento del convenio de 2008; con la Junta del PSOE, años después, reconociendo que se había equivocado y que había que derribarlo; y desde hace cinco años, con la Junta del PP, que quiere tirarlo pero que ha sido incapaz hasta ahora de retirar la protección administrativa que aún tiene la Aduana Nueva y la mantiene en pie.

El Ayuntamiento cuenta con fondos para la urbanización de la avenida de Astilleros, pero necesita dinero para acometer la demolición de la Aduana y la construcción de un edificio nuevo (se supone que en uno de los terrenos de la Autoridad Portuaria que dan a esta misma vía). Y aquí entra en juego la operación de venta del terreno municipal.

Si la Junta sigue sin querer pagar por el terreno para el Hospital Regional y si el Ministerio de Hacienda sigue negándose a una cesión del mismo suelo, será el Ayuntamiento, y con ello la ciudad, el que tendrá que valorar esta operación en la que es protagonista el futuro de su terreno en la avenida de Astilleros.

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