Cádiz

El retraso de Matadero desespera a los realojados

  • La Junta está a la espera de recibir el certificado final de las obras para solicitar al Ayuntamiento la licencia de primera ocupación de las 102 viviendas finalizadas

La historia de la primera fase de los pisos de Matadero es la de uno de esos cuentos que nunca acaban. Han pasado ya cinco años desde el derribo de las viviendas bajas de la calle Retama y los vecinos todavía está a la espera de volver a la que eran sus casas en medio de quiebras, retrasos y dimes y diretes entre administraciones.

102 viviendas construidas por la Junta de Andalucía que van a servir para el realojo por la rehabilitación de fincas en el Casco Antiguo, además del regreso de los antiguos vecinos, y que serán gestionadas por el Ayuntamiento.

El último de los problemas de esta promoción fue la falta de la acometida de luz y de agua. Para ello el Ayuntamiento ya realizó dos calas, una de 2 metros en la calle Adelfas y otra de 37 metros en la avenida de la Coruña.

Una vez realizados estos trabajos, la Consejería de Obras Públicas y Vivienda de la Junta está a la espera de recibir el certificado final de la obra, amén de otros detalles, para solicitar al Consistorio gaditano la licencia de primera ocupación. Aunque no hay una fecha estipulada para la entrega de los pisos, desde la Junta esperan que se realice "en breve".

Una de esas familias que está a la espera de recibir ya su nueva casa es la de Encarnación Cornejo. Ella vive realojada junto a su hermana María del Carmen, su cuñado Federico y los hijos de ambas.

En su caso, Encarnación firmó la permuta de su vivienda en diciembre de 2006 para tener acceso a una nueva a los 24 meses. Su situación se agrava por las condiciones del piso que actualmente habitan en el número 1 de la calle Velázquez, con graves problemas de humedades, sobre todo cuando llegan días de lluvia, como los de primeros de esta semana, en los que las paredes se empapan.

Su situación, ya denunciada en Diario de Cádiz el pasado abril, no ha cambiado a pesar de llamar a las puertas de ambas administraciones.

Encarnación define su estado como de "desesperación" tras tantos problemas. Y es que "no entendemos una entrega de pisos tan complicada. Está siendo una pelea de niños chicos, en la que se tiran la pelota uno al tejado del otro".

Esto le ha llevado a "dejar de pagar el alquiler los últimos dos meses como protesta hasta que nos den las llaves del piso. Decían que el problema era la luz y ya lo tienen todo. Un obrero nos dijo que solo falta por poner unas vallas de contención que separen la primera fase de la segunda", explica Encarnación.

A la espera de la entrega de su futura casa, cuenta que "hemos solicitado cita el pasado 12 de enero con Carolina Camacho y con Procasa, donde dicen que no saben nada de fechas y que van a tardar". En anteriores ocasiones, asegura que "nos dicen que, para el tiempo que nos queda, para qué nos queremos cambiar si ya os la vamos a dar".

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