"Algo que parece una tontería te cambia la vida en un pispás"
Un gaditano cuenta la lesión que sufre debido a una mala caída tras una zambullida en la playa
Antonio (nombre ficticio, ya que no quiere ser identificado) es gaditano y tiene 42 años. Con 24, sufrió una lesión medular grave, en la vértebra cervical 6, que al principio lo dejó inmovilizado, pero tras mucha rehabilitación y esfuerzo, ha conseguido andar con ayuda de muletas.
Un día que fue a la playa con sus amigos, se tiró de cabeza al llegar una ola, como había hecho "montones de veces". Pero en esa ocasión, algo pasó que se quedó inmóvil. "No llegué a dar con el suelo pero caí mal. Tal como me tiré, me quedé ahí. Suerte que estaban mis amigos que me sacaron y, cuando me dejaron en la orilla, acudió un médico anestesista que me inmovilizó el cuello con una toalla", cuenta este hombre, quien está muy agradecido a ese médico. "Dijo que no me moviera nadie hasta que no llegara la ambulancia y, gracias a él, mi lesión se quedó en una lesión incompleta. Si otra persona me coge y me mueve, con su mejor intención, para llevarme al hospital, la lesión podía haber sido completa", relata.
Se siente afortunado porque, a día de hoy, "dentro de lo que cabe, puedo hacer vida normal. Dentro de lo malo, he tenido suerte porque puedo andar, aunque sea con esfuerzo y con muletas, porque podía haberme quedado en silla de ruedas".
Señala que, tras el accidente, estuvo seis meses si poder mover nada. Estuvo ingresado en el Hospital Puerta del Mar cinco meses y luego, empezó a ir a rehabilitación. Acudió al centro hospitalario cada día durante casi dos años. "Poco a poco fui recuperando la movilidad en los brazos y luego en las piernas. Al principio no tenía fuerza. He ido poco a poco hasta que ahora puedo andar, con esfuerzo, pero por lo menos puedo andar", afirma, añadiendo que los avances que iba haciendo le animaban para seguir luchando por su recuperación.
Asegura que, al principio, se tomó muy mal su lesión. "Imagínate, con 24 años que yo tenía, con mi trabajo, mi casa, mi coche... ¡verte de pronto sin poder moverte! Una vez que estás así, cuando empiezas a mover un dedo del pie, al día siguiente otro, a la semana el tobillo... eso te da mucho ánimo". Afirma que para sus padres "fue un chasco". Pero "ya se han hecho, nos hemos hecho después de 18 años".
Antonio asegura que, cuando tuvo el accidente, no era consciente de lo que podía ocurrirle al tirarse de cabeza en la orilla de la playa. "Si lo hubiese sido, no lo hubiera hecho". Con el tiempo, ha vuelto a ir a la playa y a la piscina. Afirma que "si veo a gente hacer juegos peligrosos, se me levantan los vellos porque por una cosa insignificante, algo que parece una tontería, te cambia la vida en un pispás". Por eso, si tuviera delante alguno de esos jóvenes, les diría "que tengan muchísimo cuidado, que sean muy prudentes porque te cambia la vida en un minuto".
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