Cádiz

El olvido municipal del parque Celestino Mutis de Cádiz

  • La mayor zona verde de Cádiz cumple una década en un estado de abandono lamentable 

  • Mientras los jardines se mantienen de forma aceptable, el mobiliario público está abandonado

  • El Ayuntamiento anuncia un plan de recuperación

Cartel exterior del parque, oxidado e ilegible.

Cartel exterior del parque, oxidado e ilegible. / Julio González

El parque Celestino Mutis, que ocupa todo el frente marítimo del barrio de Astilleros, se convirtió en la mayor zona verde de Cádiz hace ahora una década. Sólo la construcción de una piscina cubierta le restó superficie, un pecado perdonable al tratarse de otro equipamiento público.

Este pequeño pulmón verde, porque en esta ciudad sin espacios es imposible contar con un gran parque al estilo de otras capitales (lo reconocía la propia Junta socialista cuando aprobó el PGOU del PP en 2012), debería de haberse convertido en un referente como espacio ciudadano de uso masivo por parte de la población, y más al disponer de un escenario al aire libre y juegos para niños, jóvenes y mayores más que relevantes, además de disponer de zonas para poder comer al aire libre, una propuesta inexistente en otros suelos de la ciudad.

Sin embargo, no ha sido así. Se usa, sí, pero raramente se le ve lleno de vida. Será por aquello que se dice que el verdadero pulmón verde de Cádiz es la playa.

Pero si este ‘olvido’ ciudadano del parque de Astilleros puede ir en paralelo a la peculiar conexión (o desconexión) del gaditano con sus parques, no debe ser utilizado como excusa para mantener el jardín que lleva el nombre de nuestro más prestigioso botánico en un estado de abandono muy alarmante.

Un recorrido por el parque deja dos imágenes claras: por una parque que la zona ajardinada ofrece un aspecto más o menos aceptable, con un césped cuidado en su mayor parte; por otra, el abandono casi absoluto del mobiliario urbano. Desde papeleras hasta bancos pasando por farolas, carteles de señalización de las especies que se han plantado y una valla eternamente oxidada.

Es aquí donde se nota la degradación de este equipamiento.

El actual gobierno municipal de Adelante Andalucía ha mejorado sustancialmente el cuidado de los jardines, frente al estado habitual en el que se encontraban en la etapa del PP, donde el tratamiento del césped se hacía notar siempre. Todo lo contrario del cuidado de los complementos ciudadanos, hoy degradados.

Llama especialmente la atención el estado de la cartelería. Hay tres tipos: la que se encuentra totalmente oxidada y donde apenas se puede leer la información sobre el arbolado, la que simplemente ha desaparecido y, por último, la que está cubierta por pintadas.

Pintadas que no faltan en bancos, muros y, especialmente, en uno de los extremos del escenario que preside la zona del parque vecina al cuartel de los bomberos. Hay pintadas también en los bancos, aunque aquí lo que se hace notar es un pintado para mantener mejor la madera.

El destrozo de la cartelería choca sobre todo porque este equipamiento se vende como un “parque botánico”, con un pormenorizado mapa donde se informa de la ubicación de cada especia y datos de las mismas allí donde se han plantado... información hoy imposible de leer ante el estado de estos puntos de información.Curiosamente, era ésta una de las aportaciones más destacadas del nuevo parque cuando se inauguró. Una forma de olvidar el primitivo jardín botánico de Mutis puso en marcha en la manzana de la Facultad de Medicina, hoy convertido en un patio abandonado, también, cubierto por arbustos y basura.

Es notable, igualmente, la presencia de pintadas, teniendo en cuenta que esta no es una práctica vandálica demasiado extendida en la ciudad. Parece como si estos gamberros hubieran elegido este espacio urbano para sus prácticas, y que agotados los muros del parque se apropiasen también de papeleras, bancos y cartelería.

El relativo buen mantenimiento de los jardines choca, sin embargo, con la falta de recorte del césped cuando éste supera sus límites y se extiende por el albero.

Más allá del vandalismo urbano, más allá de cómo afecta el paso del tiempo al mobiliario si no hay un mantenimiento adecuado del mismos, los daños que se acumulan en el parque Celestino Mutis, muy por encima de los que también se localizan en otras zonas verdes de la ciudad, se reducirían si se contase con un equipo de guardajardines amplio en número, capaz de vigilar y advertir sobre desperfectos en estos equipamientos públicos.

El Ayuntamiento va a preparar un plan de choque para eliminar todos los desperfectos y falta de mantenimiento que se localizan en el parque de Celestino Mutis, en el barrio de Astilleros, según informaron fuentes del gobierno municipal a este diario.

La intención es recuperar toda la cartelería de este parque que funciona también como jardín botánico, adecentar los bancos, reponer todo el mobiliario urbano y eliminar las pintadas.

También está pendiente una actuación de mayor calado en el parque Genovés. Aquí está prevista desde hace unos años una operación cifrada en más de 750.000 euros con la que se quiere recuperar la zona verde con mayor historia de la ciudad.

Para su desarrollo se está pendiente de los fondos europeos. Si éstos, finalmente, no incluyen esta operación el Ayuntamiento tendrá que asumir con sus propios fondos un proyecto que cada vez es más urgente, debido al estado de mantenimiento general, también, de este parque, claramente visible en las verjas oxidadas.

Ahora el Ayuntamiento afronta mejoras en el cuidado de los jardines y arbolado de toda la ciudad tras aprobar el pleno municipal el nuevo contrato, en manos ya de la empresa Grupo Raga, que atenderá a 329.650 metros cuadrados de zonas verdes en todo el término urbano. Por lo pronto, elaborará un Plan Director para analizar el estado de todo el arbolado de la ciudad.

La nueva empresa ya trabaja en diversas capitales del país y se encarga del mantenimiento de los parques singulares de Madrid. El contrato incluye la renovación del 80% de los vehículos y maquinarias. La previsión es que comience a trabajar, si no hay ningún impedimento administrativo, en el plazo de dos semanas.

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