Cádiz es una ciudad que tradicionalmente no ha sido el mejor ejemplo a la hora de cuidar los parques públicos. Esto ha ocurrido desde la propia administración municipal y, por supuesto, por parte de los propios ciudadanos.

En este sentido, en todos los parques con zonas verdes de la capital gaditana hay desperfectos, lugares mejores o peor cuidados, más verdes o más secos, pero en general en ninguno hay una situación desastrosa.

Por ejemplo, el aspecto podría ser peor en unas instalaciones abiertas toda la noche. Los desperfectos que se pueden contemplar en el amplio parque Celestino Mutis, en el barrio de Astilleros, no van más allá de pintadas y de algún que otro juego infantil deteriorado. No puede decirse que el vandalismo haya arrasado esta zona de ocio, aunque no le vendría mal un lavado de cara en ciertos lugares localizados. En la parte más próxima al Parque de Bomberos, se echa en falta uno de los juegos, un balancín para varias personas, que debe volver a colocarse. La lona que cubre el Auditorio de Costa Rica presenta una raja y el graderío luce pintadas. Los grafitis son más visibles en las paredes que separan el parque con Astilleros y en los bancos, todos en buen uso, ninguno roto. Mayormente, las parejas se declaran su amor en los bancos de una manera diferente a la tradicional: el 'Te amo' no sale de una boca, sale de un spray.

Nada anómalo se observa tampoco en la zona verde sin cercado que une a los dos parques de Celestino Mutis. En el parque adyacente falta un columpio, retirado por estar roto, y las mesas del espacio cercano a la piscina municipal, las que desde el principio lucieron tableros de parchís, eran ayer repintadas y reparadas por operarios de la Delegación de Mantenimiento Urbano, corroídas por la salinidad del cercano mar. En este parque falta algún que otro cartel que informa sobre la procedencia de los árboles plantados y hay una mesa-merendero rota. Más allá de la piscina, ya junto al paseo marítimo, la zona verde, sin cancela, tampoco ofrece excesivos deterioros.

El que se lleva la palma en cuanto al mal estado es el parque de Varela Norte, el llamado Katinoussa. Allí conviven zonas con el césped muy alto y al que hace tiempo que no se corta con otras donde no se puede porque sencillamente es inexistente. En el mismo se pueden ver muchas ramas que llevan ya tiempo acumuladas.

En el contiguo de Varela Sur, el Erytheia, el césped está mucho mejor que en el otro. Aquí el eterno problema se da en la zona arqueológica con las acumulaciones de agua cada vez que llueve que da un aspecto sucio.

En el de los Cinco Continentes, situado en la avenida Juan Carlos I, precisamente el cartel que lo anuncia está incompleto porque le faltan bastantes letras. En algunos de los parterres se ven algunas cacas de perros que son responsabilidad de los dueños que no las recogen. Las farolas que tienen un aspecto oxidado originalmente, se encuentran con algunas pintadas. Aquí el problema se da en numerosos árboles y arbustos que han crecido más de la cuenta e invaden las zonas de paso de los peatones.

Al igual que ocurrió en la mayoría de las zonas verdes visitadas en la mañana de ayer por este periódico, había operario de la empresa concesionaria de los parques y jardines de la ciudad trabajando. En el caso del Parque de los Cinco Continentes se veían bolsas de basura jalonadas por todo el área que estaban llenas de ramas que se habían recogido.

El Parque Genovés ha sido tradicionalmente la gran zona verde de la ciudad y así sigue siendo. Después de estar sometido a reformas en los últimos meses y con la provisionalidad del Teatro Pemán sin concluir, el Genovés se encuentra con un gran contraste. Zonas que se encuentran prácticamente inmaculadas, salvo algunas calvas en las zonas verdes, en el bulevar central del parque y otras algo más abandonadas. Ayer precisamente había un gran camión de una empresa de flores que se estaban colocando en la zona más cercana a los columpios de los niños. Allí, sin embargo, se encuentra el templete, muy sucio y con numerosos desperfectos.

Por su parte, los jardines de la Alameda se encontraba ayer en buenas condiciones, salvo las escaleras de acceso a los antiguos baños públicos, que están llenos de desperdicios.