La crisis se ha llevado por delante a muchos comercios tradicionales de la ciudad. Ha sido el momento elegido por muchos comerciantes para jubilarse o para cerrar su tiendas y vivir del alquiler de sus locales.

Esta situación está provocando un cambio generacional al frente del comercio de la ciudad. Más allá del paso a manos jóvenes de los negocios, el cambio se está produciendo por la llegada de nuevos empresarios que están abriendo, con gran esfuerzo y mayor ánimo, nuevas tiendas en la ciudad. Un comercio que se une a las nuevas tendencias que marcan los usuarios, que apuestan por su presencia por internet y por las redes sociales con fórmulas de venta renovadas, muy lejanas a otras épocas.

Este nuevo colectivo de empresarios están más abiertos a las nuevas exigencias del usuario que viene de visita a la ciudad o que llega a bordo de los cruceros, con cambios en los horarios de apertura e, incluso, con la posibilidad de abrir en determinadas jornadas festivas. Todo unido a la necesidad de manejas más de un idioma.