Unir a Mozart y a Juan Domingo Vidal. Poner en relación la música más reconocida del mundo con la que en esa misma época se hacía y se interpretaba en Cádiz. Cantar a la Navidad alternando piezas de uno y otro compositor. Ese es el llamativo reto que se propone el conjunto vocal e instrumental Virelay para este próximo 3 de enero en un concierto que ofrecerá en la Catedral y que tiene además un fin benéfico para el arreglo de los órganos del templo.

“Queremos que la ciudad se sienta orgullosa de su patrimonio musical”, afirma el director de este conjunto, Jorge Enrique García, respecto a este concierto navideño “que apuesta por el legado musical de Cádiz” y lo sitúa a la par del mismísimo Mozart.

Bajo este objetivo, Virelay ha unido la Misa de Coronación de Mozart y los Responsorios de Navidad de Vidal (que fuera maestro de capilla de la Catedral de Cádiz) para interpretar una misa completa.

Así, del compositor austríaco sonará el Kyrie, el Gloria, el Credo, el Sanctus, el Benedictus y el Agnus Dei final. Y en todas ellas participarán tres sacabuches (unos instrumentos de viento que se consideran antecedentes del trombón) “que doblarán las partes de coro, tal y como aparece en la partitura de Mozart y que no se suelen poner”, explica García. De Juan Domingo Vidal, por su parte, se interpretarán las piezas Hodie nobis caelorum Rex, O magnum mysterium y Beata viscera.

Esta misa hecha a medias entre Mozart y Vidal sonará en el altar mayor de la Catedral, contando como solistas con las sopranos Andrea Ramírez y Carmen Ramírez, el contratenor Bruno Campelo, el tenor Félix Iván Martínez, y el barítono Álvaro Moreno.

Previamente, el concierto empezará con los músicos en el coro catedralicio para interpretar tres piezas (Quam admirabile, Cantate Domino y Beata Dei Genitrix) de Pedro Rabassa, compositor nacido a finales del siglo XVII que fue maestro de capilla de las catedrales de Barcelona, Valencia y Sevilla.

El tránsito del coro al altar mayor lo harán los músicos mientras en el órgano suena la Batalla de Sexto Tono, una pieza del siglo XVII.

Esta nueva cita musical de Virelay en la Catedral se produce pocas semanas después de que llenara el templo con la propuesta presentada al festival Manuel de Falla. En esta ocasión, para acceder al concierto se solicita un donativo de 20 euros, que se destinarán al mantenimiento de los órganos de la propia Catedral, donde Virelay hace las veces de capilla de música.