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Cádiz

La indispensable intervención de la palabra

  • El Hospital Puerta del Mar realiza desde 2016 operaciones cerebrales con pacientes despiertos, en las que éstos deben dialogar para comprobar que no se está dañando la función del lenguaje

Los avances que se han producido en la medicina en los últimos años permiten que hoy puedan realizarse intervenciones que antes eran impensables. Es el caso de las operaciones cerebrales con pacientes despiertos, que desde el año 2016 se realizan en el Hospital Puerta del Mar.

Según explica el jefe del Servicio de Neurocirugía del centro gaditano, José Luis Gil Salú, este tipo de intervenciones se llevan a cabo para extirpar tumores cerebrales (principalmente benignos) o en casos de malformaciones vasculares cerebrales con el objetivo de preservar lo máximo posible la función del lenguaje. Así, durante la intervención, el paciente, además de estar monitorizado, debe estar consciente y dialogando para que los profesionales puedan detectar si en algún momento se está afectando a la función del habla. Gil Salú indica que en estas cirugías también se hace un mapeo neurofisiológico de los pacientes, es decir, los neurofisiólogos controlan con electrodos la función motora durante la intervención para evitar que se dañe la movilidad del paciente.

Hasta ahora se han realizado en Cádiz seis operaciones cerebrales con pacientes despiertos

En el Puerta del Mar se han realizado seis operaciones con pacientes despiertos y mapeo neurofisiológico, y otras ocho con mapeo pero con el paciente dormido.

El jefe de Neurocirugía del hospital gaditano reconoce que este tipo de operaciones son complejas y deben realizarse de forma pausada, teniendo en cuenta en todo momento las reacciones del pacientes, por lo que duran muchas horas. En ellas interviene un equipo multidisciplinar compuesto por neurocirujanos, neurorradiólogos, anestesistas, neurofisiólogos, neuropsicólogos e instrumentistas de quirófano.

Los pacientes que se someten a este tipo de intervenciones tienen que prepararse previamente acudiendo a varias sesiones con un psicólogo, y unos días antes de la cirugía, son sometidos a una resonancia funcional, que, según explica el doctor Gil Salú, consiste en "interrogarles verbalmente y mostrarles figuras y objetos para que los reconozcan mientras les hacen la resonancia. Así se localizan, además de la patología, las áreas elocuentes, que son las que tienen la función del lenguaje".

Este neurocirujano cuenta que en algunas ocasiones, se duerme al paciente en la parte inicial de la operación, mientras es monitorizado por los neurofisiólogos para luego abrirle el cráneo y localizar el tumor o la malformación. Luego se le despierta y se comienza a resecar (o extirpar) el tumor interactuando entre todo el equipo.

José Luis Gil Salú comenta que antes de que se hiciera este tipo de intervenciones, cuando había un tumor en un área elocuente, el neurocirujano era más conservador con la cirugía, en el sentido de que no resecaba el tumor completo: "Daba la opción de preservar la función del lenguaje a cambio de no extirpar entero el tumor con el riesgo de que esto condicionaría la vida del paciente, ya que el tumor podía seguir creciendo o malignizarse".

Guillermo Supervielle es el primer paciente al que se le extirpó un tumor cerebral en el Puerta del Mar estando despierto durante la operación. Afirma que en octubre de 2015, le quitaron parte del tumor estando dormido, pero al año siguiente, tuvieron que resecarlo completo. La fecha no se le olvida: "El 25 de octubre de 2016". Y en esa ocasión estuvo totalmente consciente.

"Su tumor se encontraba en el área que afecta al lenguaje y en un intento de resecarlo preservando esta función, se le intervino despierto. Al mismo tiempo, se hizo la operación con un mapeo neurofisiológico para evitar que se dañara la movilidad del lado derecho del cuerpo", explica el jefe de Neurocirugía del Puerta del Mar, quien reconoce que este caso fue complicado "porque tenía muchas áreas del lenguaje alrededor del tumor".

Guillermo cuenta que a él le durmieron al principio de la operación y cuando se despertó, "no noté nada raro. La cosa era que yo no podía dejar de hablar para que pudieran controlar bien las distintas funciones del lenguaje, y decidí hablar de mi trabajo porque me encanta". Así, estuvo horas hablando de su trabajo y respondiendo a las preguntas y los test que le iba haciendo el neuropsicólogo, que "es el que iba marcando la pauta durante la cirugía", apunta Gil Salú.

Guillermo Supervielle está muy agradecido al equipo de profesionales que participó en su intervención, pero especialmente al neuropsicólogo Rafael Gutiérrez Cantero "que estuvo toda la operación a mi lado, dándome su apoyo".

Relata que tras la cirugía, tuvo "unas pesadillas muy raras" durante unos días, pero su recuperación fue bastante rápida. Sólo estuvo un día en la UCI y tres en planta de hospitalización; al cuarto se marchó a casa. Y hasta ahora, según el jefe de Neurocirugía del hospital, "va todo muy bien".

Guillermo asegura que actualmente puede hacer vida normal, aunque con algunas limitaciones, ya que le han quedado varias secuelas, como falta de sensibilidad fina en la parte derecha del cuerpo y algún problema en el habla que le surge de vez en cuando. Cuenta que está haciendo rehabilitación para poder seguir recuperando funciones y ha acudido a un entrenador personal, también para seguir mejorando, siempre siguiendo las pautas que le dan en el hospital. Dice que lo que peor lleva es no poder volver a trabajar "porque me encantaba mi trabajo". Pero sí puede hacer deporte, que también le gusta mucho.

"Cuando eres una personas sana, no fumadora, que haces mucho deporte y tienes una vida plena, y de un día para otro te encuentras que tienes un tumor, te cambia la vida. Pero gracias a los avances, se ha podido quitar el tumor completo y sigo vivo", expresa con mucho ánimo Guillermo Supervielle, quien reitera su agradecimiento "a José Luis y a todo su equipo, y también a mi familia y amigos que me han apoyado en todo este proceso".

Gil Salú afirma que para realizar intervenciones cerebrales con pacientes despiertos, es necesario seleccionar a las personas que pueden someterse a este tipo de operaciones, y los buenos resultados que están obteniendo "nos anima y nos abre nuevos horizontes de pacientes que antes considerábamos inoperables y ahora se les plantea hacerlo de esta forma", concluye.

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