Noches de paz
El incidente con los buques de Armas de marzo en Cádiz coincidió con otro peor en el puerto de Algeciras
El puerto vecino vivió, al igual que ocurrió en Cádiz, la rotura de varios de los amarres de un gigantesco portacontenedores que puso a prueba la pericia de remolcadores, prácticos y amarradores
Los servicios portuarios reiteran la necesidad de invertir en previsión y en simulacros y más en puertos tan castigados siempre por el viento y los temporales
La rápida actuación de prácticos, amarradores y remolcadores evitó un desastre en el puerto de Cádiz
El 8 de marzo quedó marcado en la crónica histórica del puerto de Cádiz. Pudo ser un desastre pero la pericia y la capacidad de reacción tanto de remolcadores como de amarradores y prácticos del puerto de Cádiz, sin dejar de lado a la tripulación, evitó lo peor.
Fueron ni más ni menos tres buques de Armas. El Volcán de Tinamar, el Villa de Tazacorte y el Volcán de Timanfaya, coincidieron de manera simultánea en el puerto de Cádiz, dos de ellos en la terminal de la naviera y un tercero atracado en el Muelle Marqués de Comillas. Casi con 24 horas de antelación, tanto los prácticos como los amarradores y los remolcadores sabían que ese sábado iba a ser bien distinto de los demás.
Coincidiendo con el paso del frente anunciado, el viento del SE reinante durante toda la noche con intensidades de 20 a 30 nudos, comenzó a aumentar su intensidad, de manera súbita, rolando al viento del sur acompañando a un fuerte chubasco de lluvia. Y, en pocos minutos, alcanzó picos registrados de 76 nudos. O lo que es lo mismo, unos 140 km/h.
El fuerte vendaval que llegaba empeorado por la intensa lluvia raseada provocó la rotura de todos sus cabos de amarre.
El Volcán de Timanfaya, el más expuesto a la acción del viento por su posición, acabó por soltarse de sus amarras.
Los expertos portuarios tanto de la naviera como del puerto de Cádiz, para evitar que el buque quedará totalmente liberado, ordenaron que el buque quedara fondeado con la ayuda de un ancla. Logró controlarse esta situación, pero a pesar del anclaje derivó hasta quedar, ni más ni menos que apoyado, sobre el Villa de Tazacorte.
Mientras tanto, otro frente quedaba abierto en el Muelle de La Libertad. Allí, el Volcán de Tinamar se separó bastante del cantil sin llegar a soltarse, sin llegar a quedar del todo a la deriva.
Fueron horas vividas con una gran intensidad por todos aquellos trabajadores portuarios que intervinieron en esta operación que finalmente se saldó con un buen susto, pero sin heridos y sin apenas daños materiales.
Los buques de Armas Trasmediterránea quedaron a la deriva pero, por fortuna, todo terminó bien gracias a la labor de prácticos, amarradores y remolcadores del puerto de Cádiz
Así, sobre las 10:45 horas, en cuestión de dos horas y media, los tres buques, tras recibir las oportunas asistencias, volvieron a quedar atracados con seguridad, sin haberse producido daños personales alguno.
Pero es que cinco días después, la mañana del jueves 13 de marzo y al paso también de la borrasca KONRAD se repitieron en el puerto de Algeciras acontecimientos similares a los acaecidos el día 8 en Cádiz.
Una llamada en emergencia del capitán del buque portacontenedores M/V CMA CGM NINGBO, informaba de la rotura de cabos.
Así fueron los hechos registrados en el puerto de Algeciras
En esos momentos, se registraban rachas de más de 40 nudos (algo más de 70 Km/h), que afectaron en gran medida a este enorme carguero de 300 metros de eslora cargado de contenedores. Según testimonios de los prácticos gaditanos, que vivieron con intensidad lo que ocurría a tan pocos kilómetros, "el buque se abría de proa y amenazaba con golpear a las grúas".
Esto mismo podría haber pasado en Cádiz y es un hecho que está considerado de gran peligrosidad por la propia morfología de las grúas, ya que la caída de una podría provocar una especie de efecto dominó que podría conllevar un auténtico desastre con consecuencias difíciles de cuantificar.
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Todos a una...
La respuesta, allá por Algeciras, fue inmediata, el práctico de guardia activó a remolcadores y amarradores y procedió a embarcar. A la llegada, el capitán y su tripulación habían conseguido fondear las anclas aunque a bordo seguían sin tener las máquinas en marcha. La situación era precaria.
Hasta 5 remolcadores fueron necesarios para volver a llevar al buque de nuevo al atraque.
Con los cabos que quedaron a bordo, práctico y amarradores se emplearon para tratar de amarrar nuevamente al buque y coordinaron con la Capitanía Marítima la necesidad de reforzar y suministrar más cabos al buque.
Una vez más, la inmediata reacción de los servicios técnico-náuticos y la coordinación de estos con los responsables de la administración marítima y portuaria, evitaron las graves consecuencias que el incidente habría provocado en las instalaciones del puerto de la Bahía de Algeciras, según indican desde la Corporación de Prácticos del puerto de Cádiz.
Diario de Cádiz, en su edición del pasado día 9 de marzo se detenía a reflexionar sobre la gran importancia que tiene la prevención y la inversión en seguridad.
"No es suficiente con disponer de los medios. Se hace muy necesaria la inversión en sistemas de prevención y aún más, la necesidad de realizar simulacros periódicos en los que participen activamente todos estos grupos de intervención", reiteran los prácticos gaditanos.
"El procedimiento es muy claro y así queda recogido en los planes de Autoprotección de las instalaciones portuarias cuando hay un buque involucrado. El Director de la Emergencia es la administración portuaria, que con conocimiento de todas las implicaciones de la componente marítima y terrestre de la instalación portuaria, dispone y da instrucciones para que el Capitán Marítimo de instrucciones, coordine y supervise las actuaciones operativas conforme a sus competencias y funciones legales".
El Capitán Marítimo dispone sobre el capitán del buque/s implicados/s, dispone sobre los medios de Sasemar y dispone sobre los servicios técnico-náuticos (amarradores, remolcadores y prácticos).
El Director de la Emergencia, desde la Autoridad Portuaria, proporciona el resto de los grupos de acción y grupos de apoyo que puedan ser necesarios para intervenir en la emergencia (seguridad y orden público, intervención sanitaria, control ambiental, información, etc …).
Todo esto está recogido y documentado, según recuerdan los estibadores, y así se proyecta hacia la opinión pública, pero este complejo sistema de actuación, dada la multitud de partes implicadas debe estar muy engrasado a base de reuniones y simulacros periódicos. "Ahí existen oportunidades de mejora. Ahí hay necesidad de invertir en recursos y tiempo dedicado", reiteran.
"La noticia es que la rápida intervención del práctico, amarradores y remolcadores ha propiciado el haber salvado esta situación, y ahí queda, …pero porque todo salió bien. ¿Pero qué pasa cuando las cosas se tuercen? ¿Qué ocurre cuando ocurren fatalidades? Lo vemos a diario en todos los sectores, el dedo de la culpa acaba apuntando a alguien, que se hace cargo de las responsabilidades, tachándose el error humano y condenándose en base a ello" reflexionan los profesionales portuarios tanto del puerto de Cádiz como los de Algeciras.
"El fallo no es humano, es de un sistema, que parapetado tras la documentación, (el papel lo aguanta todo) justifica las bondades de una maquinaria que es buena, pero que como todas, si no tiene grasa, acaba gripando. Esa "grasa" es la inversión en recursos y en ejercitar mediante simulacros periódicos este tipo de actuaciones", reivindican los prácticos.
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