Si el encuentro que hubo en el pasado mes de diciembre dejó boquiabierto a los asistentes a la jornada la transformación que se había hecho en Bilbao, en la del día de ayer hubo dos que tomaron el protagonismo: la de Refshaleøen en Copenhague (Dinamarca), un antiguo astillero danés que estuvo funcionando hasta mediados de los 90 y que después pasó a ser una zona marginal hasta su transformación actual en un barrio de moda.

La otra es la de Medellín, una ciudad colombiana asociada a la violencia, los crímenes, el narcotráfico y la guerrilla y que gracias a una intervención integral se ha convertido hoy en día en una de las ciudades más pujantes de América Latina. En ambas experiencias el denominador común ha sido una decidida intervención y apuesta de las administraciones públicas.

En el caso colombiano intervino mediante una videoconferencia el arquitecto Gustavo Restrepo, consultor para la División de la Vivienda y Desarrollo Urbano del Banco Interamericano de Desarrollo.

No hay nada mejor que ver con ejemplos el antes y después y eso es lo que hizo Restrepo para que se pudiera ver la intervención que se ha hecho en Medellín. Uno de los aspectos más singulares es que no se ha tratado simplemente de inversión, sino que ha habido mucha, sino también de participación donde los vecinos de cada barrio o comuna han hecho suyos unos proyectos que han transformado la ciudad.

Restrepo dijo que tres habían sido los pilares para esta transformación:voluntad política, participación real y planear para no improvisar.

Con un Medellín que en los 90 era un auténtico polvorín social por un crecimiento desmesurado que se había producido en la segunda mitad del siglo XX, al iniciar el XXI se inició esta actuación para mejorar la ciudad que ha traído consigo un plan increíble de movilidad con un metro cable, un metro plus y un tranvía que ha permitido ahorrar hasta 45 días al año a cada persona a bordo de su vehículo privado. Transformaciones urbanas que han llevado a mejoras de la accesibilidad, recuperación de espacios públicos, colegios de calidad, unidades deportivas, la regeneración de las zonas cercanas al río., zonas de viviendas habitables.... Todo ello ha generado “gobernabilidad, confianza y cultura ciudadana. Hoy las comunidades en tienden que es real lo que hacemos”.

Desde Copenhague, Claus Hovmoller Jensen, director de desarrollo de Refshaleoen, explicó todo el proceso que ha llevado a recuperar una zona que era absolutamente marginal y donde incluso había problemas de seguridad en una zona de moda de la capital danesa, donde hay contenedores reciclados, zonas gourmet, salas de espectáculos y conciertos y , además, una buena trama urbanísticas con buenos servicios públicos y carril bici. Además, es hoy en día uno de los motores culturales y de ocio de la capital de Dinamarca.

Hovmoller reconoce que al principio costó trabajo sacar adelante el proyecto porque no había empresarios dispuestos a a arriesgar pero una vez que alguno se lanzó y hubo un apoyo decidido por parte del Ayuntamiento, se empezó a generar actividad. Para ello hubo una estrategia clara sobre lo que se quería y se hizo en base a lo que había pero con un actuación que ha transformado una zona industrial en un barrio moderno.