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Cádiz

El comedor de María Arteaga vuelve a abrir tras casi tres años cerrado por la pandemia

  • La delegada de Asuntos Sociales, Helena Fernández, ha visitado las instalaciones

  • En los últimos años han pasado de atender a 80 personas a tener entre 120 y 130 demandantes

La edil de Asuntos Sociales, durante la visita al comedor.

La edil de Asuntos Sociales, durante la visita al comedor.

La delegada de Asuntos Sociales del Ayuntamiento de Cádiz, Helena Fernández, ha asistido, tras la invitación por parte de la Compañía de las Hijas dela Caridad de San Vicente Paúl, a la reapertura del comedor Virgen Poderosa (conocido popularmente como María Arteaga). Tras casi tres años cerrado por la pandemia, el comedor ha vuelto a abrir sus puertas para personas sin hogar y personas en riesgo de exclusión social.

“Desde la pandemia hasta ahora lo que se hacía era servir la comida elaborada. Ahora se atiende a las personas y no solo pueden comer, sino tener unos momentos para charlar y comprenderlas. Es decir, un trato más humano”, ha comentado la directora del centro Sor Manuel Castilla.

Por su parte, Helena Fernández ha agradecido la labor que realizan las Hijas de la Caridad, tanto con el comedor, como con su representación en la Mesa Municipal de Personas Sin Hogar. “Desde el Ayuntamiento tenemos claro que vamos a seguir apoyando a esta entidad con la que trabajamos en red y que presta su servicio 365 días al año”, ha señalado la delegada.

Actualmente, las Hijas de la Caridad son las responsables del mantenimiento del edificio y, al margen de los productos alimenticios que deben comprar, tienen que hacer frente a numerosos gastos. Es por ello que solicitan a las administraciones mayor implicación. “Estamos pendientes de dos subvenciones de la Junta de Andalucía, que esperemos nos la concedan, porque ya lo han hecho en comedores de Sevilla”, según palabras de la antigua directora, Sor María Toledano, presente también en la visita.

Desde el Ayuntamiento de Cádiz hay una aportación económica, pero, según las responsables del centro, se le ha quedado corta a tenor de la subida de los precios y el aumento de los usuarios. Es por ello que se van a plantear otra vías para la financiación de un servicio que consideran “más que necesario”. 

Y es que en los últimos años han pasado de atender a unas 80 personas, a tener entre 120 y 130 demandantes. Cabe destacar que se ha aprovechado este tiempo para mejorar las instalaciones para la entrega de comida, con nuevo mobiliario y enseres que facilitan el procedimiento.

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