Hostelería durante la pandemia

Un chiringuito que capea el temporal en Cádiz

  • En el Grupo Potito se asegura que la facturación de este verano ha sido similar a la del año pasado pero advierte que los gastos se han multiplicado

Imagen de la terraza del chiringuito Potito.

Imagen de la terraza del chiringuito Potito. / Julio González

“Este año no se ha tratado de ganar dinero sino de perder lo menos posible”. Miguel Sánchez, el propietario del Grupo Potito, que cuenta entre otros negocios hosteleros con dos chiringuitos en la playa de la Victoria, asegura que han podido capear el temporal de la pandemia mejor de lo esperado desde que abrieron sus puertas. En este sentido, asegura que la facturación ha sido más o menos similar a la de otros años pero eso no quiere decir que los beneficios hayan sido los mismos, “porque los gastos se han incrementado de manera sensible”. El propietario de este grupo los cifra en 120.000 euros.

El Potito fue el primer chiringuito que decidió abrir las puertas en la Fase I y afirma que “hemos hecho un esfuerzo importante en todos los sentidos para cumplir con la medidas y creo que nos hemos ganado el respeto de los clientes”.

A pesar de que asegura que “nuestro grupo ha soportado esta situación”, se muestra pesimista con las consecuencias que va a dejar la pandemia “porque estoy seguro que entre el 20 y el 30% de los locales de hostelería de Cádiz van a cerrar”.

El propietario del Grupo Potito señaló que algunas de las medidas que se están tomando, como la de que a las doce de la noche no se puede admitir a ningún cliente más y que a la una tiene que estar totalmente desalojado “han venido a complicar todo un poco más”. De este modo, señala que si la facturación este año ha descendido un 15% en general, se ha reducido en el mismo porcentaje desde que entraron estas medidas en marcha.

Sin embargo, Miguel Sánchez sí se ha mostrado muy crítico con el Ayuntamiento “que ni ha estado, ni está, ni se le espera”. Además de que considera que la rebaja que se hizo con el canon municipal durante el estado de alarma “no es suficiente”, Sánchez lamenta que se han tenido que asumir algunos servicios, como por ejemplo, que ante la falta de duchas y lavapies en la playa durante el verano han tenido que llegar a sustituir hasta 12 lavabos por personas que se lavaban los pies en los mismos o que los llenaban de arena. Asimismo, asegura que las pailas las han tenido que poner ellos: “Lo del Ayuntamiento de Cádiz ha sido vergonzoso y este ha sido el peor verano de la historia en ese sentido”.

Sánchez afirma que ha recibido sobre todo muchos clientes locales, provinciales y de provincias cercanas como Sevilla, y añade que de jueves a domingo han llegado a recibir 100 llamadas de peticiones de reservas: “Si le das seguridad a la gente, viene y eso nos lo hemos ganado”.

Tras perder la época de las comuniones, ahora hay mucha incertidumbre en torno al futuro, ya que a final de año vienen las comidas de empresas navideñas, unas fechas que son también fuertes para la hostelería: “Le tenemos respeto a lo que puede venir pero temor ninguno: lo afrontaremos con el mismo optimismo que lo hicimos hace meses”.

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