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Aguas de Cádiz

La causa de la gran avería fue que saltó una junta entre tuberías con décadas de antigüedad

  • El presidente de Aguas de Cádiz destaca la diligencia con la que se actuó 

  • El edil Álvaro de la Fuente defiende la recomendación de no consumir agua hasta que desapareciese la turbidez

Que saltase el tornillo de una junta entre tuberías con décadas de antigüedad –una de fundición y otra de fibrocemento– fue la causa de la avería que se produjo el miércoles en una de las dos grandes arterias que abastecen de agua potable a Cádiz.

El tornillo ha sido sustituido por otro de acero inoxidable y Aguas de Cádiz preveía ayer que a lo largo de la tarde desapareciese del todo la turbidez que afectó al suministro en algunas zonas de la ciudad como Loreto, La Laguna y algunos tramos de la Avenida, como así fue, según manifestaron a este periódico varios vecinos afectados.

El escape se produjo en la rotonda de las calles Puerto Real y Chiclana, frente al Lidl de la Zona Franca. La tubería parte de los depósitos del Consorcio de Aguas de la Zona Gaditana a la entrada de la ciudad por la autovía de San Fernando.

Se trata de una contingencia bastante común en una red de 184 kilómetros

Se trata de una contingencia bastante común en una red de 184 kilómetros de ramales con juntas cada 6,5 metros de media, bien conservada y sometida a permanentes labores de mantenimiento, señalan desde Aguas de Cádiz.

El concejal de Medio Ambiente y presidente de la empresa municipal, Álvaro de la Fuente, destacó la diligencia con la que actuaron los trabajadores de Aguas de Cádiz, los de las firmas colaboradoras y los del Consorcio, a quienes el edil manifestó su agradecimiento.

De la Fuente defendió la recomendación que hizo la empresa municipal de no recuperar el consumo habitual de agua hasta que no desapareciese del todo la turbidez, después de garantizar que los valores de cloro eran los correctos a partir de seis análisis extraordinarios.

La turbidez se debió a diferencias de presión y al cambio del sentido del flujo

La turbidez se debió a diferencias de presión, al cambio del sentido del flujo de agua y a su recirculación una vez se activaron las válvulas para que el agua se encauzase por la otra gran arteria, la de la Vía Augusta Julia, que siempre ha estado en activo, pero en sentido contrario, explicó el edil.

Catorce horas y media después de la avería, a las cuatro de la madrugada de ayer concluyó la reparación y se restableció el servicio. Técnicos y operarios de la empresa municipal estuvieron toda la noche trabajando ininterrumpidamente para reparar el tramo de tubería de 800 milímetros de diámetro dañado, para lo que fue necesario realizar una excavación de grandes dimensiones.

Por último, un dato curioso: si la conducción no hubiese estado enterrada a una profundidad de 2,5 metros, el escape habría generado un chorro de agua de más de treinta metros de altura.

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