Cádiz

La empresa Tranvía cree que los cálculos del nuevo contrato de autobuses de Cádiz son erróneos

Usuarios bajando de un autobús en Cádiz.

Usuarios bajando de un autobús en Cádiz. / Germán Mesa

El Ayuntamiento ha dado este jueves un nuevo paso adelante respecto a la renovación del servicio de autobuses urbanos, cuyo contrato sacará a concurso por un período de 12 años y un coste de 193.791.325,65 euros (sin contar con el IVA). La estructura de costes, trámite inmediatamente anterior a la aprobación de los pliegos y la licitación del contrato, ha sido aprobada de manera definitiva un año después de que se diera luz verde en una primera instancia que ha necesitado el correspondiente período de exposición pública.

El documento que ha aprobado el Pleno no introduce variación alguna respecto al inicial, toda vez que el Ayuntamiento ha rechazado una serie de alegaciones y consideraciones presentadas por la actual prestataria del servicio, Tranvía de Cádiz a San Fernando y Carraca S.A., que considera que los cálculos realizados y que marcarán el coste del servicio y del contrato no son correctos.

Más allá del formalismo (denuncia esta empresa que el Estudio de Gestión en el que se basa la Estructura de Costes no ha sido aprobado por ningún órgano ni ha sido expuesto con el correspondiente plazo de revisión y alegaciones, lo que a juicio de Tranvía “puede generar alguna vulnerabilidad en el expediente”), considera la empresa de autobuses ese estudio contiene determinados aspectos “que no se ajustan a la realidad”, contradiciendo así la Ley de Contratación Pública cuando dice que el precio base de la licitación debe ser “adecuado a los precios de mercado”.

Las alegaciones de Tranvía

Varias son las cuestiones que en base a esto remarca la empresa Tranvía respecto a los precios calculados por el Ayuntamiento.

La primera de ella es la relativa al coste de personal, que parte de “unas tablas salariales que están obsoletas” al no contemplar el nuevo convenio colectivo de empresa que el Boletín Oficial de la Provincia publicó el 17 de octubre de 2022 y que estará en vigor hasta 2024, “con las consiguientes variaciones no solo para la estructura de costes sino para la propia gestión del servicio”. De igual manera, señala Tranvía que el Estudio de Gestión del servicio toma datos del año 2019, habiendo sufrido desde entonces la plantilla “serias variaciones como consecuencia de la pandemia y del nuevo convenio” en puntos como el absentismo, las horas efectivas de trabajo o la jornada semanal.

En segundo lugar refiere la empresa que actualmente presta el servicio el cálculo de viajeros que contiene el estudio municipal, que se basa en el año 2019 (anterior a la pandemia) y que prevé un aumento anual del 2% en los siguientes ejercicios. Apunta Tranvía que la pandemia provocó una caída del 44% en 2020, del 36% en 2021 y del 23% en 2022, “no habiéndose recuperado aún las cifras de usuarios del año 2019”.

La tarifa media del billete del transporte urbano también se pone en cuestión. El estudio de gestión elaborado por el Ayuntamiento fija un incremento del 20% sobre la tarifa de 2019. “Esto no solo no se ha producido, sino que además se ha visto disminuida ante las nuevas medidas aprobadas por el Gobierno” para subvencionar el billete de transporte. Ciertamente, hay que recordar que los títulos multiviajes tuvieron una reducción del 30% entre septiembre y diciembre de 2022, ampliándose la reducción del 50% (30% a cargo del Estado y el otro 20% del Ayuntamiento) entre enero y junio de 2023. “Estas medidas han provocado una tremenda caída de la utilización del billete ordinario y, por tanto, junto con la reducción de la tarifa de los títulos multiviaje una minoración de la tarifa media”, que difícilmente podrá alcanzar las cifras de 2019.

“Al verse seriamente afectadas las previsiones de viajeros y las previsiones de tarifas medias, la concreta previsión de ingresos se encuentra doblemente alterada y con difícil solución en el intervalo temporal contemplado en el Estudio de Costes, afectando seriamente a los cálculos estimados de contribución municipal anual al servicio”, señala en resumen la empresa Tranvía.

Otras consideraciones de Tranvía

Al margen de estas puntualizaciones, la concesionaria actual del servicio enumera otra serie de matices o incorrecciones que considera tiene el Estudio de Gestión y, con ello, la Estructura de Costes que va a basar el futuro contrato.

Así, entre otras cuestiones, rechaza la previsión municipal de que cada uno de los actuales autobuses (48 en total) pueden ser vendidos por una media de 3.000 euros cada uno. “Dada su antigüedad su valor residual es nulo”, asevera Tranvía. Apunta también la contradicción entre el período de amortización que se otorga a los nuevos vehículos que han de adquirirse (15 años) y el período del nuevo contrato (12 años), proponiendo que la adjudicación se eleve hasta esos 15 años, como asegura que permite la legislación. Rechaza el porcentaje que se otorga a la reserva de vehículos (un 4%), cifra “a todas luces insuficiente” porque entre revisiones, reparaciones, relevos en cocheras y otras causas el porcentaje habitual es del 15 o el 20%, necesario además para hacer efectivos los refuerzos del servicio en los momentos puntuales en que la ciudad lo necesita, sobre todo ante las fiestas y grandes eventos. Y tampoco valida Tranvía el cálculo hecho respecto al combustible, pues el estudio parte que desde el minuto 1 de contrato todos los autobuses serán híbridos (que tienen un consumo de un 40% menos de gasolina) cuando la incorporación se contempla paulatina.

La posibilidad de explotar comercialmente las marquesinas que el nuevo contrato otorgará a la empresa adjudicataria genera las dudas de Tranvía; primero porque esta realidad no se ha dado nunca, segundo porque el mundo de la publicidad se sitúa en “un sector muy diferente al transporte público”, y tercero porque “no aparece claro el número concreto de estos equipamientos urbanos”.

Todas estas cuestiones que la empresa Tranvía consideran que están alteradas o desfasadas en el tiempo (el Estudio de Gestión se basa en el año 2019, con los cambios que se han producido hasta la actualidad) han sido desoídas por el Pleno, que aprueba así la misma estructura de costes que hace un año. Y a juicio de Tranvía, esto provocará que el planteamiento económico del servicio de autobuses no responda a la realidad.

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