Perros en las playas, o fuera de ellas. Cádiz, que parece más unida en cuanto al rechazo de la apertura al nudismo de todas las playas, se divide respecto al uso de la playa por parte de las mascotas, que ha provocado muchas de las alegaciones recibidas durante el período de exposición.

En este sentido, hay quienes plantean que los perros también pudieran ir a la playa en época de baños “de forma adecuada y ordenada”, y quienes reclaman que la prohibición de bajar perros a la arena se extienda durante todo el año y no solo en la temporada (de Domingo de Ramos a 30 de septiembre). O el Partido Popular, que pedía excluir de la prohibición “aquellas nuevas zonas de playa que habilite el Ayuntamiento a tal fin, dónde se permitirá la presencia de animales de compañía, cumpliendo para ello la normativa autonómica y estatal en vigor en cada momento”.

Finalmente, la ordenanza establecerá la imposibilidad de que los perros estén en las playas “censadas oficialmente como zonas de baño del término municipal en el período de temporada de baños”, a excepción de los perros guías, terapeutas o de salvamento y auxilio “cuando las circunstancias así lo aconsejen”.

La controversia canina sí ha servido para dos matizaciones. La primera, para cambiar la redacción del objeto del capítulo de la ordenanza dedicado a los animales, que sustituye palabras como “molestias y peligros” que se imputaban a la presencia de las mascotas en la playa por “convivencia y compatibilidad”, a raíz de una alegación presentada; y la segunda, para levantar el veto de acceso a las playas de los animales de compañía “en aquellos puntos del litoral de Cádiz no censados como zonas de baño que resulten técnicamente accesibles y que cuenten con la debida autorización por parte de las administraciones superiores en la materia”.