El Rocío Chico y su bicentenario
hermandades Historia
La Exposición Intercesora de Almonte se inauguró ayer en la Diputación Provincial · En la muestra se puede apreciar la alhaja más antigua de la que dispone la hermandad matriz, una corona del siglo XVII
La Constitución de Cádiz vio la luz en un momento en el que esta ciudad y la Isla de León eran los únicos territorios libres que había en todo el país. Más allá del Puente Zuazo el invasor francés lo dominaba todo, incluído Almonte. Allí, en una noche de agosto de 1810, un bandolero llamado Domingo Rodríguez mató en el pueblo onubense al capitán francés Pierre D'Ossaux. La venganza de los gabachos amenazaba con ser muy duras tanto que si no se esclarecían los hechos estaban dispuestos a pasar a cuchillo a sus habitantes y a incendiar sus viviendas. Pero las rogativas que hicieron a la Virgen del Rocío surtieron efecto y finalmente se vio que el pueblo no había tenido nada que ver en la muerte del francés. Desde aquel momento se decidió hacer una misa de acción de gracias todas las madrugadas del 19 de agosto en la Ermita del Rocío, lo que popularmente se conoce como Rocío Chico. Y toda esa historia que se mezcla, la de la invasión francesa, los ruegos a la Virgen, la devoción y la Constitución de Cádiz se desarrollan en la Exposición Intercesora de Almonte. El Rocío Chico, que se inauguró en la tarde de ayer en la Diputación Provincial de Cádiz. Esta permanecerá abierta hasta el jueves 10 de mayo de lunes a viernes de 11 de la mañana a dos de la tarde y de seis a nueve. Los sábados, domingos y festivos lo estará de doce del mediodía a dos de la tarde.
Y si en los cuadros y documentos que se pueden ver se aprecia esta historia bicentenaria, la hermandad matriz de Almonte ha aportado una joya a la exposición: una corona de la Virgen que es la alhaja más antigua de todas las que dispone y que data de finales del siglo XVII o principios del XVIII. En el diseño de la corona se pueden apreciar soles, que tal y como explicó el historiador y comisario de la exposición, Julio Mayo, es un guiño a Iberoamérica.
Esta es la primera vez que esta institución saca fuera de Almonte parte de su patrimonio histórico y artístico en una exposición itinerante que ha pasado por Los Palacios, Chiclana y en esta ocasión Cádiz.
A la inauguración de la exposición también acudió el presidente de la hermandad matriz de Almonte, Juan Ignacio Reales, que mostró su satisfacción porque esta muestra pueda abrirse paso en la capital gaditana en un año en el que se celebra el Bicentenario.
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