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"Necesitamos políticas valientes para que los investigadores se queden en Cádiz"

La vicerrectora María Jesús Mosquera, durante su charla con este diario.

La vicerrectora María Jesús Mosquera, durante su charla con este diario. / Lourdes de Vicente

Investigar nunca ha sido sencillo en este país. No han faltado gobiernos que han vendido su apuesta por la I+D... sin aportar dinero para ello, ni elaborar un plan de expansión, ni crear becas con fondos suficientes para animar a los jóvenes egresados con ganas de investigar a seguir en sus universidades y no acabar buscando acomodo en centros privados de otros países.

Con los recursos limitados que tiene como universidad mediana que es, la UCA está dando una serie de pasos que, por el momento, parece que van en la buena dirección con el objetivo de impulsar la labor investigadora de su personal, junto a la obligada docencia, buscando también la excelencia en todos los campos del conocimiento, tanto en las ciencias como en las letras.

En este sentido, una de las grandes apuestas de la UCA es el desarrollo del Plan de Carrera Científica, el único en España que será evaluado por la ANECA, la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación. Contar con este respaldo permite generar confianza, seguridad y estabilidad en el sistema del conocimiento.

María Jesús Mosquera, vicerrectora de Política Científica y Tecnológica de la UCA, destaca que el objetivo de este plan es que "el joven sepa qué pasos tiene que dar si tiene vocación científica. No vale tener buenas infraestructuras, sino que es necesario contar también con un plan de carrera. Buscamos iniciarlos (en el camino de la investigación) desde el primer momento, conociendo a los profesores que le puedan atender mejor".

Se aportan también becas de 1.200 euros para estudiantes de grado y de 1.500 para estudiantes de máster, para facilitar su integración en grupos de investigación. Ya hay medio centenar de estudiantes en esta situación, algunos están metidos de lleno en la redacción de sus tesis y otros trabajan en empresas.

Este sistema de apoyo a los jóvenes investigadores pretende también que éstos “puedan quedarse desde el inicio del trabajo, que hagan el postdoctorado fuera y que vuelvan a la UCA para completar su carrera como investigador científico”. En esta primera convocatoria ha entrado una treintena de jóvenes.

En este apoyo a los estudiantes, la vicerrectora considera esencial el papel que debe tener el propio profesorado de la UCA "en su papel como divulgador. Ellos deben generar también conocimiento. Y por ello, el propio profesorado debe estar metido en la ola de la investigación y la continua formación, y no limitarse a hablar sobre libros ya escritos".

Tiene claro María Jesús Mosquera que la UCA debe tener un papel esencial en el desarrollo económico de toda la provincia "porque el foco de la investigación, de la innovación está en la investigación".Un proceso de apuesta por la investigación que va mucho más allá de los estudios de ciencias, que de cara al ciudadano puede tener una relación más directa con la I+D.

"No todo lo centramos (en la UCA) en las ciencias experimentales y marinas. Las cinco ramas del conocimiento, ciencias sociales y jurídicas, técnicas, humanidades, ciencias experimentales y ciencias de la salud, tienen un papel importante en la investigación. Se puede investigar tanto en una biblioteca como en una planta industrial", mencionando como ejemplo el Instituto de Lingüística, con el Congreso Internacional de la Lengua Española.

En todo caso, la UCA despunta con claridad entre todas las universidades del país, públicas y privadas, en todo lo relacionado con el estudio del mar. Liderando el CEI-Mar en clave internacional, se ha convertido en un estudio multidisciplinar en el que participan varias facultades de la UCA. Un ejemplo es el Instituto de Materiales, que dispone de un microscopio electrónico único en España.

Más allá de esta apuesta de la universidad gaditana por los futuros investigadores, lo cierto es que más allá del impulso del profesorado y de la existencia de becas, retener la excelencia no es sencillo, sobre todo si se cuenta con un presupuesto limitado, muy alejado al que disponen las grandes instituciones nacionales, sin hablar de las universidades internacionales.

"Necesitamos políticas valientes para que los investigadores que marcan la excelencia decidan quedarse. Todo ello hay que pagarlo. Nosotros no podemos competir con los sueldos que ofrecen las grandes empresas nacionales e internacionales; pero sí podemos competir atrayendo a quien tiene una vocación científica y se encuentra a gusto con lo que aquí se ofrece, y con el propio entorno, donde es bien acogido, bien atendido y bien equipado".

Todo ello, claro, con la esperanza de que se acepten ingresos que, en algunas ocasiones, no pasan de los 1.400 euros al mes, que pueden completarse con ayudas como las del programa ‘Margarita Salas’ para jóvenes doctores, con 3.500 euros brutos durante la estancia en el extranjero (dos años) y 2.800 euros brutos ya en la sede gaditana.

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