La Lolita, histórica traficante del Cerro del Moro, ha muerto a los 49 años después de tres décadas viviendo en el alambre.

El cuerpo sin vida de la mujer ha sido descubierto en su casa de la calle Sor Cristina López sin signos de violencia, pese a lo cual está a la espera de que se le practique la autopsia para conocer las causas de su muerte.

Durante los últimos meses Lolita había venido luchando contra su debilísimo estado de salud, agravado por unos problemas respiratorios que le hicieron tener que ingresar en el Puerta del Mar con un pronóstico reservado. Esto no fue impedimento para que, a pesar de su estado, continuara vendiendo droga en el propio hospital, lo que supuso un escándalo considerable y, de alguna manera, provocó que el personal sanitario y los usuarios del centro reconocieran que pasaban miedo ante la presencia de toxicómanos que pululaban por la novena planta del hospital en busca de su dosis.

A pesar de llevar 30 años vendiendo y consumiendo, porque Lolita no era sino una enferma más de esa epidemia que fue la heroína en el Cádiz de los 80, su familia jamás la abandonó, jamás le dio la espalda, sino que estuvo a su lado, siempre en el lado bueno de la ley pero apoyándola en su lucha, esa batalla contra ella misma y sus adicciones que finalmente, solo con 49 años, le han costado la vida. Ya fuera en sus ingresos en el clínico de Puerto Real o más recientemente en el Puerta del Mar, sus hijos, sobrinos y demás familiares siempre estuvieron a su lado, manteniéndola perfectamente cuidada en todo momento, hasta que su quebradiza salud ha dicho basta.