El salón de actos del Colegio Oficial de Arquitectos de Cádiz acoge hoy, a las 20.30 horas, la ceremonia de nombramiento como colegiado de honor del arquitecto español José Ignacio Linazasoro Rodríguez.

El acto estará presidido por la presidenta del Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España, Marta Vall-Llosera; la presidenta del Consejo Andaluz de Colegios Oficiales de Arquitectos, Noemí Sanchís, y la decana del Colegio Oficial de Arquitectos de Cádiz, Isabel Suraña. Contará además con la presencia del profesor de la Universidad de Sevilla Victoriano Sainz, que será el encargado de pronunciar la laudatio con los méritos del homenajeado, a la que Linazasoro responderá dictando la lección magistral titulada ‘Consuelo de la arquitectura’.

Con este nuevo nombramiento, José Ignacio Linazasoro se convertirá en el octavo colegiado de honor del Colegio de Arquitectos de Cádiz, uniéndose de esta manera al selecto grupo de arquitectos que ya lo ostentan: Álvaro Siza (2011), Rafael Moneo (2012), Eduardo Souto de Moura (2012) Juan Navarro Baldeweg (2012), Alberto Campo Baeza (2012) y Antonio Cruz y Antonio Ortiz (2018).

Con esta distinción, la junta de gobierno ha querido valorar y reconocer la trascendental aportación de la obra de José Ignacio Linazasoro a la arquitectura contemporánea y, de modo particular, su sensibilidad frente al espacio público y la intervención en contextos históricos y lugares con preexistencias, así como su compromiso para con este Colegio y el colectivo que representa.

José Ignacio Linazasoro Rodríguez nació en San Sebastián en 1947. Estudió Arquitectura en las Escuelas de Pamplona y Barcelona, graduándose en 1972. En los años 70, mientras comenzaba su trayectoria profesional, fue el responsable, junto con Miguel Garay, de las actividades culturales del Colegio de Arquitectos de San Sebastián, lo que le permitió participar en los debates de la cultura arquitectónica de aquel momento. Ha sido profesor de Proyectos Arquitectónicos en las Escuelas de Arquitectura de San Sebastián (1977-82) y, tras obtener la cátedra, de Valladolid (1982-88) y Madrid (1988-2017).

Desde muy pronto su obra construida gozó de un amplio reconocimiento por parte de la crítica dentro y fuera de España. Proyectos como la biblioteca de la UNED en Madrid (1989-94), el aulario y la biblioteca de las Escuelas Pías de Lavapiés (1996-2004) o la iglesia de Valdemaqueda (1997-2001) han sido repetidamente publicados en las revistas de arquitectura internacionales. Entre las cuestiones centrales de su trayectoria profesional cabría señalar dos: la preocupación por trabajar con la memoria, en especial la contenida en las preexistencias, como fuente de significado para los edificios que construye, y la atención al contexto urbano, que le ha llevado a ocuparse también de la intervención en espacios públicos tan significativos como la plaza de la catedral de Reims (2003-2008) o la Puerta del Sol de Madrid (2014-2024).

Su obra se ha situado al margen de las modas y ha estado más centrada en la aplicación de unos principios considerados permanentes en la práctica de la arquitectura. Sin olvidar nunca su compromiso con la sociedad para la que trabaja, ha reflexionado a menudo sobre lo que conlleva el oficio de arquitecto. En este sentido ha publicado diversos ensayos teóricos sobre arquitectura, tales como Permanencias y arquitectura urbana (1978), El proyecto clásico en arquitectura (1981), La memoria del orden (2013) o La arquitectura del contexto (2021), algunos de los cuales han sido traducidos a otras lenguas.

Ha recibido diversos premios y reconocimientos, entre los que cabe destacar el Premio Internacional Piranesi (2014) a su trayectoria.