Cádiz

Investidura de Bruno García como alcalde de Cádiz: Una exigente hoja de ruta

Bruno García recibe el bastón de mando de la ciudad.

Bruno García recibe el bastón de mando de la ciudad. / Julio González

El nuevo alcalde de Cádiz no quiere perder un minuto en poner en marcha la maquinaria municipal bajo su volante. No quiere siquiera que estos primeros días o semanas en el Ayuntamiento sean de aterrizaje, de asentamiento, de análisis. Este mismo domingo ha convocado a sus concejales para configurar el equipo y repartir las áreas y concejalías que a primera hora del lunes serán dadas a conocer. Y desde ese momento, quiere Bruno García que empiece a construirse la ciudad que plantean los ojos del Partido Popular, en la que en su discurso de investidura ha señalado una serie de grandes retos que, según ha indicado, “no son los únicos pero sí quizás los más importantes”.

Y el primer reto que ha lanzado el nuevo alcalde es “construir vivienda pública, protegida y social a un ritmo que nos permita ofrecer oportunidades a los gaditanos que quieren quedarse y volver”. La integración del muelle ciudad “para que genere empleo y desarrollo económico para los gaditanos”. La Zona Franca, donde hay que volcar “de manera definitiva el anhelo de crecimiento que esta ciudad nunca debió dejar, con industria sostenible, vivienda y con zonas verdes”. La ciudad universitaria “que deberá absorber a un buen número de estudiantes y profesorado en una zona de la ciudad que no está precisamente sobrada de vivienda”. El parque natural que debe marcar “la manera de hacer de Cádiz una ciudad más verde”. Y el crecimiento sostenible del turismo “sin sacrificar en modo alguno la identidad de nuestros barrios” son los primeros retos marcados por Bruno García, que al respecto de esto último ha asegurado “determinación” y regulación “donde haya saturación de viviendas turísticas”.

También ha mencionado el alcalde en su discurso la protección del patrimonio “invirtiendo en su cuidado y su mantenimiento”; la protección también del comercio y la hostelería “para hacer de Cádiz una ciudad más atractiva para comprar en nuestros comercios, para disfrutar de nuestra gastronomía y pasear por nuestras calles”; y la Cultura, en la que ha dicho que se volcará el Ayuntamiento “porque estoy convencido de que es un elemento de desarrollo inigualable para una sociedad, y en Cádiz la cultura tienes tantas disciplinas que mimar que será otro reto ingente que vamos a lograr”. Vinculado a la Cultura se ha referido García al Carnaval, “que es pilar fundamental de nuestro patrimonio cultural” y para el que dará un papel relevante a la participación, al flamenco o a la Semana Santa.

El alcalde se ha referido a la “participación real” de unos vecinos y colectivos para los que se quiere recuperar el protagonismo que habrían perdido -a juicio del PP- estos últimos años, “aportando soluciones a los problemas de sus barrios, de la mano de los concejales y de los funcionarios que se vuelquen de nuevo en la limpieza y el cuidado de nuestras plazas, nuestros parques y jardines, de nuestras playas nuestros espacios deportivos y también de nuestros animales”.

“Las personas lo primero”, ha afirmado con solemnidad Bruno García, que ha marcado el reto “de proteger a las familias gaditanas con todos los recursos disponibles”. “Más que el reto, tenemos la obligación de hacer todo lo posible para que los gaditanos no sufran la precariedad en modo alguno”, ha añadido. Y para ello, ha lanzado su primera promesa como alcalde: “pondremos en el presupuesto municipal la mayor partida social de la historia de este Ayuntamiento, no podemos fallarle a los gaditanos más vulnerables”.

En materia social o de igualdad, también propone el alcalde “seguir sumando contra la violencia machista como este Ayuntamiento lleva haciendo desde el año 2000, luchar contra la homofobia y contra las actitudes de odio y discriminación hacia los colectivos LGTBI, porque Cádiz fue siempre ciudad de tolerancia y eso no debe cambiar nunca, que nuestros mayores no sufran ni la soledad, ni la ruptura digital ni cultural, y por supuesto que nuestros jóvenes encuentren en su Cádiz las oportunidades que nos permitan mirar al futuro con mayor esperanza”.

Pese a tantos retos como ha marcado en el discurso de investidura, García ha asegurado que no cambiará la ciudad, porque después de tres mil años de historia “ni yo ni nadie puede ni debe cambiarla”. “Lo que quiero, como gaditano y como alcalde, es ser útil a mi ciudad, que el gaditano sienta que desde el Río Arillo hasta la Caleta no hay otro bando, otra lucha, que no sea la defensa de esta ciudad y la defensa de las personas por encima de cualquier otra cosa. Y por experiencia sé que es posible hacerlo. No es fácil, pero la elección es pelearlo o quedarse en la orilla a mirar. Y yo he elegido pelear”, ha afirmado el alcalde, que ha concluido su discurso reclamando a la nueva Corporación “nuestro compromiso con cada una de las personas que hacen posible la ciudad más maravillosa del mundo, nuestra ciudad, Cádiz”.

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