Cultura

Exposiciones en Cádiz, el eco del Congreso de la Lengua

Los Reyes de España ante el retrato de Pío Baroja paseando por el Retiro de la exposición con fotografías de la RAE.

Los Reyes de España ante el retrato de Pío Baroja paseando por el Retiro de la exposición con fotografías de la RAE. / Antonio Montiel.

El Congreso de la Lengua de Cádiz ya es historia. Celebrado a finales de marzo con una repercusión y un éxito que en muchos momentos sobrepasó las mejores expectativas, aquella cita con la palabra en español buscó actualizar su uso, prepararse para la inteligencia artificial que está a la vuelta de la esquina y enarbolar la bandera del mestizaje como parte del presente y del nuevo futuro lingüístico. Aquello acabó, cierto, pero el eco del congreso se mantiene en Cádiz más allá de la cobertura mediática o de aquellos cajones monárquicos que tanto dieron que hablar. Y, entre otras cosas, el congreso aún resuena en Cádiz porque se mantienen abiertas las exposiciones que formaron parte del ambicioso programa cultural y que todavía se pueden visitar hasta el 25 de junio en la Casa de Iberoamérica y el ECCO (ambos espacios municipales) y en la Diputación Provincial, en este caso abierta hasta el 23 de junio tras prorrogarse por segunda vez. También está abierta ‘Nebrija. El orgullo de ser gramático’, en el Castillo de Santa Catalina.

Cuatro son las exposiciones abiertas en la Casa de Iberoamérica y relacionadas con el Congreso. Entre ellas, la nueva disposición de la colección municipal de arte iberoamericano. Las obras de la rica colección de Félix Llopis a las que se unen otras piezas y que, con vocación de ampliarse en el futuro, se encuentra en una amplia sala superior del edificio con tres ventanas, a modo de marítimos ojos de buey, que permiten al visitante contemplar el océano que une ambos continentes.

La antigua Cárcel Real gaditana acoge también otras tres exposiciones que se inauguraron en el Congreso, con la presencia de los reyes, y que se podrán visitar hasta el 25 de junio: una dedicada al Virreinato del Perú, otra de arte contemporáneo titulada ‘Embustes y maravillas. Representaciones inverosímiles de los otro’ y una espléndida selección fotográfica de los fondos de la Real Academia Española de la Lengua, más que recomendable, casi obligada, para los amantes de la literatura.

La muestra del Virreinato del Perú es muy completa, didáctica y sumamente esclarecedora. La exposición comienza con el final de la conquista por parte de Pizarro con la derrota de los incas y, podríamos decir, no oculta nada y desvela cómo se produjo aquella dominación imperial, no exenta de violencia e imposiciones religiosas pero que también tuvo ‘fuego amigo’ (el asesinato de Pizarro) y una profunda labor de mestizaje cultural. La exposición ofrece datos y hechos que permitirán al espectador formarse criterio de lo sucedido hace cinco siglos.

Las ‘miradas académicas’ seleccionadas por la RAE para la exposición en Cádiz son deliciosas. Las fotografías, únicas en muchos casos, retratan con fidelidad y agudeza una buena parte de la historia de la literatura española, la que corre paralela a la historia de la propia Academia y, también, la coincidente con la irrupción de la fotografía en la historia de la humanidad.

Hay fotos impagables, por más que algunas estén ya almacenadas en nuestra retina: la salida de Unamuno de la Universidad de Salamanca rodeado de falangistas brazo en alto; la figura del propio escritor vasco leyendo en la cama en la que murió su hija, como era costumbre (y vestido de traje y con zapatos), el Nobel Jacinto Benavente leyendo también en la cama pero, en este caso, con pijama y tapado pro sus sábanas; Pérez Galdós en el momento de leer las pruebas de su discurso de ingreso en la RAE en el salón del doctor Tolosa Latour; el adusto camina de Azorín por las calles de Madrid o el paseo de Pío Baroja por el Retiro... O el mitin republicano de Antonio Machado en presencia de Ortega y Gasset, Pérez de Ayala o Gregorio Marañón. Y hasta una curiosa imagen del asturiano Armando Palacio Valdés rodeado de mujeres en el Parque del Retiro: sus lectoras, aclara el cartel que identifica la fotografía.

Esculturas, pinturas, tapices y videocreaciones, entre otras piezas, integran ‘Embustes y maravillas’. Obras de diez artistas contemporáneos que indagan en la “fascinación de lo extraño” y cuya génesis se encuentra en un libro del siglo XIV, el ‘Libro de las maravillas’: un compendio de sucesos, humanos y criaturas extrañas escritos por un tal Jean de Mandeville y cuyas afirmaciones se tuvieron por ciertas hasta que en el siglo XIX se demostró que nada era verdad, ni siquiera el nombre un autor que no existió como tal. O sea, maravillosos embustes.

El ECCO, por su parte, acoge en sus salas también hasta el 25 de junio dos exposiciones que iban a formar parte del Congreso de la Lengua organizado en Arequipa. Fotografías y dibujos que combinan arte y crítica social y que llaman al espectador a tomar conciencia, y partido, por distintas situaciones sociales. Así, Shipibo-Konibo. Retratos desde mi sangre es una colección de 25 fotografías en blanco y negro del peruano David Díaz Shipibo-Konibo en la que se muestra la realidad de un fascinante grupo étnico de la Amazonia. Y Migrantes. Dibujos de Issa Watanabe recoge 28 dibujos de la ilustradora Issa Watanabe. Su libro Migrantes (Barcelona, Libros del Zorro Rojo, 2020) ha cosechado premios y reconocimientos y ha alcanzado hasta ahora 18 ediciones.

Desde que se inauguraron, el 27 de marzo durante la jornada inaugural del Congreso, las exposiciones de los espacios municipales han sido visitadas por cerca de 5.000 personas. Casi 3.500 visitantes han contemplado las muestras del ECCO, mientras que cerca de 1.500 han entrado en la Casa de Iberoamérica, según los datos aportados por el Ayuntamiento de Cádiz.

Otra exposición incluida en el programa oficial del Congreso de la Lengua y que aún permanece abierta en Cádiz es la dedicada a Carlos Edmundo de Ory que se muestra, hasta el 23 de junio, en los claustros de la Diputación Provincial. Bajo el título ‘La cabaña central’ y comisariada por Juan Manuel Bonet, la exposición propone un recorrido profundo por la vida y obra del poeta gaditano en el centenario de su nacimiento, y a partir del legado que se custodia en la Fundación Ory. Una muestra de enjundia que ya lleva más de 1.100 visitantes y que el Instituto Cervantes convertirá en internacional llevándola próximamente a su sede en París.

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