Enrique García de Movellán. Primer fotógrafo gaditano de agencia (1894 - 1967)

Historia | Una figura clave en la fotografía periodística gaditana

Fue en el año 1926 el único fotógrafo no profesional que publicó las primeras imágenes en la prensa gaditana

Tarjeta postal. Carga y descarga en los muelles. 1926. / E. G. Movellán
Rafael Garófano
- Investigador

13 de febrero 2022 - 07:36

Nacido el 2 de octubre de 1894 en Sanlúcar de Barrameda (donde su padre era socio-director de la Compañía Almadrabera Española S.A.), Movellán, después de cursar los primeros estudios, se trasladó a Cádiz donde, con 23 años, obtuvo la titulación de Contador de Comercio en la correspondiente Escuela Profesional. Estudios que posteriormente complementó, con exámenes en Madrid, con las titulaciones de Perito Aparejador y Perito Mecánico-Electricista. Pero meses antes de obtener esta última titulación, en 1919, presentó en la Diputación Provincial una instancia para ser aceptado como ayudante meritorio gratuito, que le fue concedida en junio de 1920. Puesto que desempeñó hasta que en 1923 obtuvo en propiedad, con 29 años, el cargo de perito aparejador.

De 1924 es la primera referencia que tenemos de la dedicación de Movellán a la fotografía, por la imagen de una de una jura de bandera acontecida en Cádiz y publicada por el diario ABC el 31 de marzo. Aunque no fue hasta 1926 cuando la información sobre dicha actividad fotográfica se multiplica y expande, naturalmente, dadas sus obligaciones laborales, en condiciones de aficionado. Pero en una época en que los aficionados a la fotografía no solo lo eran de ‘tomar fotos’, sino de tener el complementario laboratorio (‘el cuarto oscuro’) en el que desarrollar las labores fotográficas personales de positivado de los negativos. Mientras, en el Diario de Cádiz, desde el verano de 1926, comienzan a publicarse grandes y estilosos anuncios, con modernos diseños y eslóganes, en los que se proclama que “Las vacaciones pasan, más quedan sus fotos KODAK”. Anuncios de una nueva generación de máquinas fotográficas, pequeñas y manejables, para aficionados. Aunque el nivel de vida y de economía doméstica de la inmensa mayoría de la población, española y gaditana, aún estaba lejos de poder dedicarse a ese ‘lujo’ de la afición fotográfica.

Pero fue el 26 de septiembre de 1926 cuando por primera vez tenemos clara y notable constancia de la actividad fotográfica de E. G. Movellán, y lo tenemos a lo grande, ya que se hace imprimir una colección de sus fotografías como tarjetas postales para su comercialización. Colección de la que se hizo eco el Diario de Cádiz: “Treinta artísticas postales en huecograbado con las vistas más escogidas e interesantes de cuanto bueno contiene nuestra ciudad. Felicitamos al Sr. García Movellán por el brillante éxito obtenido con su trabajo, que le acredita no como un superior aficionado, sino como un excelente profesional”.

La posible causa de esta “arriesgada operación comercial” es que hacía poco tiempo que en España había empezado a utilizarse la técnica de impresión directa conocida como huecograbado, que daba mejor calidad de reproducción de las fotografías y, con vistas viradas al color marrón, mitigaba el daño que el paso del tiempo hacía en las imágenes de las postales. Un tipo de impresión que, desde al menos 1924, empleaba la empresa de Barcelona de Santiago Mumbrú a la que recurrió Movellán para imprimir las suyas, las primeras de Cádiz en dicha modalidad de impresión. (Recientemente hemos visto diferentes fotografías que demuestran que el fotógrafo hizo distintas tomas, para escoger de entre ellas las que mejor le parecieron para ser impresas).

Anuncio de las cámaras Kodak, de 1926.

Entre las postales encontramos vistas generales de la ciudad, de barcos y trabajos en los muelles, de edificios singulares, de procesiones y de unas excavaciones arqueológicas en las murallas del Sur (como indirecto testimonio de la antigüedad histórica de la ciudad). Llamando la atención la vista de un tren pasando sobre el puente del río Arillo (fotografía técnicamente mala, a contra luz), como queriendo dar testimonio gráfico del límite de la ciudad, y otra del Pozo de las Canteras de Puerto Real, como queriendo registrar esta prolongación social y de esparcimiento campestre de la ciudad, en la otra orilla de la Bahía.

Pero antes de que terminase el año, a partir del 17 diciembre de 1926, Diario de Cádiz dio un salto cualitativo publicando imágenes impresas (aunque de bajísima calidad) en su nuevo taller de fotograbado, con el que, por fin, empieza a ser posible que las noticias locales de actualidad se acompañen de fotografías. Siendo los mejores fotógrafos locales los que en aquellos primeros momentos proporcionan las fotografías: Reymundo, Iglesias, Leonardo, Foto Lux, El Trébol y, como único fotógrafo no profesional, Movellán. Unas fotografías ya tomadas con unas cámaras, con notable velocidad de obturación, capaces de captar el movimiento de las acciones que registran, ya sean de los toreros en la plaza o de los futbolistas en el campo. Aunque también, ocasionalmente, se publican fotografías en interiores y tomadas en exteriores por la noche, donde los fotógrafos porfían en el buen empleo de los peligrosos flases con la explosiva luz de magnesio. Siendo la primera fotografía que se publica de Movellán, en la edición de tarde del mismo día 17, la de “Las Fuerzas expedicionarias del Regimiento de Cádiz, repatriadas de Melilla, en el patio del cuartel”.

El 21 de febrero de 1927, E. G. Movellán contrajo matrimonio con María de los Ángeles López Murgui y el 23 de abril de 1928 nació en Cádiz su primer hijo, José. Dos años después, en 1930, excepcionalmente (sin publicidad que hayamos encontrado), la anual Guía de Cádiz registra, en su relación de estudios fotográficos, uno de Movellán en su domicilio particular: el número 9 de la calle Sacramento. Antes de que terminase aquel año, el 23 de diciembre de 1930, nacería su segundo hijo, Enrique.

Por razones no aclaradas E. G. Movellán solicito una larga excedencia laboral en la Diputación (de 1931 a 1935) trasladándose a vivir con su familia a Sanlúcar de Barrameda y a trabajar en la Compañía Almadrabera. Circunstancia en la que, el 21 de abril de 1935, dos meses antes de regresar a Cádiz y reincorporarse a la Diputación, nació su tercer hijo,Ángel(que después seguiría sus pasos como notable fotógrafo de prensa y corresponsal gráfico de agencia).

No tenemos referencias de la actividad fotográfica de Movellán durante la República, pero ya durante la guerra y los primeros años del franquismo no solo vuelve a la fotografía sino que es uno de los primeros fotógrafos en entrar como reportero gráfico en la Agencia CIFRA, sección fotográfica pronto integrada en la estatal Agencia EFE, fundada en 1939. Aunque en muchas de las fotografías realizadas por Movellán para EFE en la provincia de Cádiz, durante décadas, no figura autor (ni se conserva en dicha agencia la documentación correspondiente), sabemos que son producto de sus cámaras notables reportajes como el entierro de Manuel de Falla o los desastres de la explosión de Cádiz, ambos de 1947.

Su hijo, Ángel García de Movellán, lo fue relevando como reportero de la Agencia EFE, mientras él fue declinando su actividad fotográfica. Se jubiló de la Diputación el 2 de octubre de 1965 y falleció el 27 de noviembre de 1967, a los 73 años.

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