La crisis económica, que aún sigue dando coletazos en muchos sectores de la sociedad, ha sido especialmente dura a la hora de poner en marcha nuevas empresas. Sólo en Andalucía, el número de personas emprendoras por necesidad, como una forma de poder sobrevivir, ha aumentado en 18 puntos respecto a los datos de 2003. Frente a ello, los emprendedores por oportunidad, lo que tienen claro la relevancia que puede tener un negocio, han bajado esos mismos 18 puntos en el mismo periodo de tiempo.

Este es uno de los datos que se incluyen en el último informe del Observatorio GEM, dirigido por José Ruiz Navarro, director ejecutivo de esta institución en Andalucía, y promotor en su día de la empresa familiar en la UCA. El documento se presentó en un acto celebrado en la Facultad de Ciencias Económica, pionera en España en la promoción de temas relacionados con el emprendimiento, con la presencia del consejero de Universidad, Rogelio Velasco.

El informe GEM realiza un profundo recorrido por la realidad de los emprendedores, un auténtico perfil de uno de los pilares de nuestra economía. Un estudio que se repite en la mayor parte del mundo, lo que permite una comparativa clara. Y más en España, uno de los pocos países donde se va al detalle regional. Uno de los valores más destacados es que el estudio se apoya en datos estadísticos localizados directamente por el equipo redactor, evitando cifras que pueden estar ya anticuadas.

Aunque en el último estudio se destaca que Andalucía se ha situado en el primer puesto en el ránking de creación de empresas, lo cierto es que los datos aportados por Ruiz Navarro no son propicios para el optimismo.

De esta forma, el 20% de la población adulta andaluza, 470.000 personas, está implicada en algún proceso emprendedor. De ellos, el 5% está aún en una fase de inicio del proyecto económico, una cifra que se considera baja de cara al futuro; el 8,8% ya está involucrado en los primeros 42 meses del proyecto, mientras que apenas el 5,7% se puede considerar consolidados al pasar este plazo de tiempo. Un porcentaje calificado como “preocupante” si lo comparamos a la media del país, 6,1%, pues supone una falta de consistencia de los negocios.

El 44% de los emprendedores ha recibido formación específica para llegar a este estado. De ellos, el 49% son universitarios, lo que supone una evolución notable que, en todo caso, choca con el apenas 38% de los que han recibido formación dentro de sus carreras. Muy lejos del 76% que se da en China.

El 51% son hombres, aunque las mujeres cada vez son más, con una media de 36 años, con un capital medio de 44.000 euros.

De todos estos emprendedores, apenas el 24% tienen las expectativas de exportar sus bienes. Pero hay un dato que preocupa especialmente a Ruiz Navarro: apenas el 41% de los emprendedores se plantean crear empresas con hasta 5 trabajadores a cinco años vistas. Alarmante porque la media en Europea es de 30 empleados.

En su análisis del estudio, el catedrático emérito de la UCA evidencia la necesidad de incrementar la apuesta por el emprendimiento en el sistema educativo, estrechamente relacionado con el papel que deben de tener las grandes empresas a fin de no anular las iniciativas privadas.

"Una sociedad más dinámica es la que tiene un sistema más dinámico. Crear empresas no es necesariamente sinónimo de crear riqueza y empleo. El objetivo de la gobernanza de un ecosistema emprendedor es crear empresas de alto potencial de crecimiento que sí generen empleo y valor", concluye el informe GEM.